La saga de los Guerreros de Fuego.

Capítulo 2: A liarla parda.

La pareja comenzó a abandonar la sala no sin antes seguir el consejo de Abbadon de cambiarse de ropa. Ryu se puso unos pantalones negros con bolsillos a los lados y una sudadera con capucha morada.

Atriane se vistió con unos pantalones vaqueros rotos y una camiseta blanca interior con una chaqueta negra con las mangas blancas sin cerrarla con el número 79 grabado en el lado derecho.

Ellos iban a vivir su vida sin pretender escuchar nada de lo que Abbadon les dijese. Aunque no fuese el que conocían ya habían tenido suficiente de las historias de los dioses. Solo querían ser felices ambos.

Sin embargo Acasto y Shasta se quedaron escuchando a Abbadon hablar. Que pese a venir de un universo anterior ellos vestían unas ropas que iban en consonancia a la moda actual del planeta y que no destacarian en nada con la gente de este planeta.

Acasto vestia una chaqueta formal con una camiseta blanca interior y pantalones negros.

Shasta mantenía su ropa del anterior universo.

—Nuestras fuerzas mas poderosas se han ido...— Dijo Abbadon con tristeza porque Adelein Adeleith les dijo que Ryu y Atriane eran los más poderosos— A ver qué podemos hacer con dos ahora contra lo que se viene...

—A ver viejo— Dijo Shasta— Dime que mierdas necesitas al final de nosotros porque me estoy cansando siquiera de tenerte aquí en frente mio.

—Somos buena gente— Dijo Acasto mientras se reía— Pero no quieras saber qué podemos hacer si nos aburrimos— Le agarro del hombro mientras comenzaba a emitir aura.

El suelo bajo Abbadon comenzó a romperse sin poder siquiera hacer nada. Estaba tan por encima de él que no podía creerse siquiera que existiera alguien así en otro universo.

—Vale, pero suéltame— Dijo Abbadon— A ver dejadme que os explique como va todo esto: Tenéis que liarla parda para llegar al reino de Arthas y conseguir vuestra venganza... Aunque Acasto no tenga nada en particular contra Arthas. Realmente ni sabe quien es Arthas según los libros.

—¿Qué libros, viejo de mierda?—Dijo Shasta mientras activaba el modo Bestia— ¿Sabes información que no conocemos?

—La misma que vosotros. Pero ahora os tengo que dar armas para que podáis pelear a gusto en este planeta. Acompañadme.

Acasto y Shasta acompañaron a Abbadon a través de un pasillo que estaba detrás de las vainas llegando a una enorme sala en la que había una camioneta roja y a los lados dos pistolas de balas de aura y dos mandobles.

—Os presento el equipo de la rebelión: La Camioneta normal. Las Billy guns y los mandobles bastardos. Ya os apañais. Tenéis que liarla parda por la ciudad de Valencia.

—¿Tu sabias conducir una de estas?—Dijo Acasto señalando la camioneta

—Si por conducir te refieres a estrellarlo... Si.

—Me sirve.

Abbadon estaba mirando con odio a los dos. Eran un par de patanes buenos para nada a sus ojos. Pero lo que no sabía es que de alguna forma lograron entrar en el reino de Arthas.

Ambos jóvenes agarraron las pistolas de Aura y Los mandobles.

—Oye viejo— Dijo Acasto señalando unos cascos grandes que cubrían toda la oreja y unos reproductores de cassettes— ¿Eso que es?

—Eso es para escuchar música.

Shasta y Acasto se pusieron los cascos y engancharon el reproductor en su cintura. Ambos cogieron cintas que Abbadon les dijo que era Rock. Música de este planeta y se subieron encima de la camioneta con un único objetivo.

Liarla parda.

Y que bien lo hicieron.