Capítulo 28: Adiós.

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Ryu y Atriane pasaron la noche en las afueras de Yggdrasil. No había nadie que les molestase. Así que se dejaron llevar por la pasión del momento.

El Trazacaminos nunca había sentido algo como eso. fue una sensación nueva que jamas había experimentado y le gustaba. Atriane era la primera vez que lo hacía con alguien a quien amara. Era una sensación única y que le resultó agradable. Jamás pensó que realmente eso se lograra sentir tan bien. Jamás penso que llegaría a ser feliz. Y ambos se dejaron llevar.

Pero había algo que a Ryu le continuaba carcomiendo la cabeza. No podía quedarse realmente allí. Tenía un monstruo en su interior que esperaba a alzarse en cualquier momento.

Se alejó de Atriane mientras la miraba con tristeza. Tenía que hacer algo para garantizar que estuviese segura. Tenía que hacer algo para protegerla.

Así que arranco unas ramas del árbol y las clavó en el suelo.

—Arthas. Vine a hablar.

Ambos se encontraban dentro de la mente de Ryu. Enfrente uno del otro. Arthas sonreía.

—Jamás pensé que un Fracaso como tu quisiese parlamentar— Sonrió— Pero adelante. Diviérteme.

—Quiero pelear contigo por el control de mi cuerpo.

—¿Sabes que aquí no tienes el poder innato que tienes en el mundo terrenal, no?— Sonrió.

—Ni tú tampoco.

—Craso error— Comenzó a emitir aura— Solo soy un espíritu que no pudo ser encerrado en el Arion. y a diferencia de ti al ser un alma tengo aura. el combate está decidido.

Ryu se lanzó al combate mientras Arthas lograba esquivar todos los golpes. Era algo patético. Arthas devolvió los golpes fácilmente. No era un desafío para él. Si lograba matarlo en el mundo mental el cuerpo pasaría a ser completamente de él. Atriane era quien debía abrir la caja de Pandora pero al hacerlo Ryu un ser con un alma excepcional no podía tomar posesión del cuerpo. Era algo imposible. No podía borrar la información de su alma. Así que esta era la mejor forma de hacerlo. por eso acepto.

Los puñetazos que lanzaba el trazacaminos no conectaban. Estaban en ligas totalmente diferentes dentro de su cabeza. Pero al ser algo mental ¿Porque no tenía sus poderes? Era porque realmente ese espacio antes no existía si no que fue creado por Arthas para poder el residir sin que su consciencia se apagará.

Arthas le propinó una paliza a Ryu quien poco a poco comenzaba a apagarse.

—Veo que voy ganando, Ryucito.

—Ya— Sonrió— ¿Pero sabes una cosa?

—¿El que?

—Ya he ganado sin que tú lo supieras.

Y Ryu en la realidad saltó y se clavo las ramas del árbol que le atravesaron completamente. Ya no era un ser inmortal físicamente así que estaba muriendo.

—¡NO QUE HAS HECHO, IMBECIL!— Grito Arthas con desesperación.

—Ga ... nar— Se rio— Te...ni...a un plan.

Arthas comenzó a desvanecerse ¿Como no había pensado que algo así podría suceder tan pronto? Pero había perdido. Arthas dejó de existir. No era el gran enemigo final que la gente esperaba. No era nada. Al menos aun no.

Ryu estaba muriendo. Pero con una sonrisa. Pero debía mantenerse con la consciencia activa. Tenía que esperar para despedirse de Atriane. Los había salvado a todos. La había salvado especialmente a ella. Quería que fuese feliz.

La luz del día se hizo presente y Atriane se despertó. Extrañada por no ver a Ryu fue corriendo a buscarlo. No tardó mucho tiempo en encontrarlo atravesado de lado a lado por la rama del árbol. Atriane no sabia como reaccionar. Tras un segundo quieta comenzó a correr con lagrimas en los ojos.

—Nonono— Lloro.

Ryu abrió los ojos y comenzó a sonreír.

—Atriane— Le tocó la cara— Tranquila todo estará bien.

—Pero...

—Se feliz. Vive tu vida al máximo— Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos— Lamento que todo haya sido tan breve pero tenía que protegerte y la mayor amenaza estaba en mi interior.

—Ryu por favor no me hagas esto.

—Te quiero Atriane. Te querré ahora y siempre.

Y con una sonrisa Ryu murió.

El alma de Ryu dejó su cuerpo en paz. Arion permitió una última excepción y dejó que Arslan hablará por última vez con su mejor amigo. Una última despedida de alguien que salvó el universo dos veces. De alguien que sin pretenderlo sus acciones desencadenaron que el universo perdurase un poco más.

—Ryu.

—Lo siento por matarte, lo siento por arrebatarte tu nombre y tu legado— Comenzó a llorar— Lo siento por todo lo que hice. Perdoname.

—De verdad. No pasa nada— Comenzó a sonreir— Lo has hecho bien. Mejor que nadie. No te guardo rencor. Nunca te guardaré rencor— Extendió la mano— Eres mi mejor amigo. Gracias de parte de todo el universo.

Ryu le dio la mano a Arslan y se desvaneció yendo a la nada.

Fin de la tercera parte.

La saga de los Guerreros de Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora