El portal se abrió en el continente de mu, otrora el lugar donde los dioses habían nacido. Un lugar que se encontraba vagando en el inmenso espacio como un planeta plano escapando a toda regla científica existente, un gran árbol adornaba el paisaje completamente brillante. El árbol Kariotsu y justo debajo de él se encontraba un castillo en ruinas. Ese es el lugar donde apareció Ryu que sin saberlo tenía a su hermano en la cima esperando a su padre: Abbadon.
El castillo era de estilo clásico, con paredes adornadas y muebles de madera fuerte antaño posiblemente preciosos pero ahora completamente apagado.
Dos grandes escaleras se encontraban en la estancia, una subía hacia arriba y otra bajaba hacia abajo. Ryu pensó que no había nada de valor bajando y en esta historia estaba acertado, no había nada abajo pero 30 años después si habria algo allí.
Comenzó a correr subiendo las escaleras sin apenas cansarse. estuvo mas cansado emitiendo aura que subiendo todas esas interminables escaleras. a completa velocidad tardo 30 minutos en subirlas pero si hubiese subido andando hubiese tardado 3 horas.
Una gran puerta se plantó enfrente suyo, apenas podía moverla con lo que comenzó a emitir aura para aumentar su nivel de poder y así pudo mover la enorme puerta con un poco de dificultad.
Ante él se encontró una gran sala completamente vacía adornada por una alfombra roja desgastada y un trono al final de todo con su hermano sentado en el. En este momento su hermano vestía una camiseta abierta y unos pantalones cortos anchos. nada más había cambiado en él.
—Jum... Juraría que te había matado— Se levantó del trono— Veo que eres más resistente de lo que creía, hermano.
—Bueno, se podría decir que tengo mucha suerte— Sonrió pícaramente en respuesta— Y ya sabes, una cosa llevó a la otra y aquí estoy.
Ambos comenzaron a reír fogosamente mientras invocaban sus respectivas espadas. La espada del hermano era completamente cristalina, llena de esquirlas de cristal en el filo.
—No tuve la oportunidad de presentarme, el nombre que me dio mi padre es Satrah— Sonrió— Es un bonito nombre, ¿no crees?
—Es mas feo que pegarle a un padre— Se quedó pensativo— Cosa que acabaré haciendo con el tiempo, la verdad.
—No si te mato antes— Se abalanzó hacia Ryu con su hoja esquirlada mientras este no tenía dificultades en detener el golpe.
La sucesión de golpes era potente, ninguno de los dos cedían ni el más mínimo segundo, las ondas expansivas de las espadas destruian la moqueta un poco mientras las piedras se agrietaban.
Ryu no vacilaba, había llegado muy lejos como para morir ahora, no creía en el destino pero su determinación a vivir era superior al de Satrah eso lo tenía claro. Ninguno de los dos cedía un simple hueco. El primer combate real de Ryu, un combate en el cual se jugaba la vida y si perdía no había marcha atrás.
No había flores de loto, no caían. No adornaban la estancia con lo que el destino de este combate es una variable inamovible en el universo. ¿Pero quién ganará? Ryu comenzó a invocar su aura blanquecina, la había usado mucho durante el día de hoy pero ¿A quién le importa? Tenía que dar todo de sí para poder sobrellevar el combate. Su hermano también hizo lo mismo e invocó su aura, un aura completamente oscura pero calmada a diferencia de la del peliblanco, sencillamente era convicción.
Los golpes comenzaron de nuevo mientras poco a poco ya Ryu comenzó a perder el terreno, no sabía cómo ni porqué pero su energía se estaba acabando. Debía haber practicado más para evitar esto pero el poco tiempo que pasó en el bosque no fue suficiente para aprender a usarla correctamente. Pero... ¿Cómo es posible que su hermano supiera cómo usar el aura si ambos habían tenido el mismo tiempo de vida... ¿Es posible que ya supiese cómo funcionaba porque ya estaba en su programación? Pero eso ya de poco importa, la espada de Ryu acaba de ser completamente destruida. La stinger acaba de dejar de existir.
Las manos del joven temblaban, obviamente no estaba a la altura del desafío que se le planteó pero lo intentó y ante todo Satrah comenzó a sonreír.
—SIgues siendo un fracaso después de todo— Comenzó a reírse desquiciadamente— Pensé siquiera que como habías llegado aquí de casualidad podrías hacer algo pero no, sigues siendo el nacido para morir. Sigues siendo el inutil sin nombre.
—En algo te equivocas. Si tengo un nombre: Ryu, Ryu El Nacido Para Morir — Comenzó a levantarse— Bonito nombre ¿No crees?
—Bueno, pues va siendo hora de que cumplas la parte de tu nombre que corresponde, ¿no?— Sonrió mientras avanzaba portando su hoja esquirlada— Diría que te recordaría o que te dejaría tener unas últimas palabras pero... Ya sabes, la emoción del momento, el directo, las ganas de acabar contigo, la decepción. Me impide querer que tengas algo tan bonito como últimas palabras o recordarte.
Satrah atravesó de lado a lado con su hoja esquirlada a Ryu, ya era la segunda vez que pasaba. Ryu se había acostumbrado a esta sensación y sabía que podía aguantarlo, tenía que esperar el momento pero... No llegaba, la desesperación se hacía presente en el joven mientras su mirada se oscurecía ¿Estaba muriendo? No, se negaba, la ira comenzaba a apoderarse de él mientras la locura se hacía presente. Comenzó a reír mientras se levantaba con la espada atravesada, sus ojos comenzaron a sangrar de la tensión, su vista comenzó a volver a la normalidad.
Algo había cambiado.
Sus ojos se tornaron agresivos, sedientos de sangre, llenos de una locura que comenzó a modificar completamente su entorno. Pero sin saberlo se conectó con otro ser al mismo tiempo haciendo que adquiriera más locura de lo que debería.
Ryu había activado el modo Berserker de los grandes dioses.
Toda la estancia comenzó a cambiar mientras los colores de las cosas parecían que se derretían a su alrededor, el ambiente de locura había comenzado. Pero esto solo es algo que ha sucedido cuando alguien que no es un dios ha usado el modo prohibido de los dioses.
Ryu sacó la espada tranquilamente mientras sonreía macabramente y abría sus ojos.
—Vamos a jugar a un juego— Dijo el joven mientras se acercaba lentamente a su hermano— Yo te descuartizo mientras tu gritas— Comenzo a emitir un aura de color sangre fresca— VA A SER TAN DIVERTIDO JAJAJAJAJAJAJAJA.
El aura comenzó a quemar la piel de Satrah, pese a que intentaba invocar su aura para contrarrestar el aura del loco comenzó a comerse la suya, asimilando, adquiriendo más poder. Satrah no podía hacer nada salvo temer lo que estaba a punto de venir.
Los dedos de Satrah volaron por los aires de un corte de su antigua hoja esquirlada, los gritos de dolor y los llantos inundaron la sala mientras Ryu sonreía, siempre sonriendo. Cogió los dedos al aire y comenzó a comérselos poco a poco, el crujir de los huesos se hacía presente. Nadie dijo que esta historia fuera una historia agradable.
—Carne— dijo Ryu mientras se relamía.
Satrah solo podía llorar, se había meado encima de la impresión ¿Satrah era a quien Abbadon había puesto sus esperanzas para resucitar a su hijo? Vaya mala elección teniendo a Ryu, el siempre confiable Ryu. El loco movió con un tajo certero la hoja y rebano el estómago del muchacho asustado mientras caía al suelo. Ryu comenzó a comerse sus tripas mientras disfrutaba "Hambre" dijo. Poco a poco se las comió hasta que llegó hasta el corazón y cogiéndolo con su mano y levantándolo hizo que la sangre cayera por su cabello tiñendo de rojo cual tinte natural permanente.
Satrah solo podía ver como lo estaban devorando vivo antes de morir. Aun cuando sus sentidos se apagaron, el sentido del tacto seguía presente hasta que pasaran dos minutos. dos minutos intensos en el que notaba como lo devoraban.
Finalmente Ryu acabó dejando solo los huesos pero de pronto sus energías fallaron y cayó al suelo dormido.
Abbadon decidió salir de las sombras para ver qué hacía. reforjo la Stinger y la clavó en frente de Ryu.
—Tú ahora resucitarás a mi hijo Arthas. Es tu destino.
FIN DEL PRÓLOGO
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La saga de los Guerreros de Fuego.
ActionHace mucho mucho tiempo no existía nada, pero sin saber como (cosa que yo sí sé que ha pasado, solo que no es el momento de contarlo) apareció el universo... ¡ANDA QUE NO HAN PASADO COSAS EN ESTE UNIVERSO! La historia que voy a contar hoy estará di...