Capítulo 17: Separación.

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La mañana había llegado y con un ruido estridente todos fueron levantados rápidamente. Nadie podía mantener el sueño con esa alarma sonando. Así que todos se enlistaron con el traje pertinente. Todos menos El Destinado y La Ultima Eldariana. Que portaban la ropa que habían llevado durante todo este tiempo.

Sin dudar comenzaron a seguir al gentío mientras ambos iban con cara de muerto y sin ganas de hacer nada. El Destinado tenía que haber hecho otro movimiento con El Loto Oculto y hubiese cercenado por la mitad a Arturo pero no lo hizo. Simplemente se equivocó y ahora tenía que acarrear las consecuencias.

Tras seguir al gentío finalmente llegaron a una enorme sala en la cual acabaron dándose cuenta que eran solo doce personas. En medio había una enorme mesa circular con un mapa galáctico en el que aparecían los Planteision y sus posibles rutas de ataque.

Todos se pusieron alrededor de la mesa y desenvainaron sus espadas clavandolas en el suelo. Así que Ryu invocó El Loto Oculto y lo clavó en el suelo también imitando lo que hacían los demás. Atriane estaba detrás de Él Destinado observando lo que sucedía. Arturo Pendragon cruzó la puerta en calzoncillos mientras detrás de él iba una mujer que aparentaba la misma edad que él, Con un pelo largo y rizado que llevaba un vestido rojo.

—Buenos días— Miro alrededor— Como podéis ver tenemos un nuevo miembro en La Tabla Redonda— Señaló a Ryu— Su nombre será olvidado y tomará un nuevo nombre— Se quedó pensativo— Lancelot.

Todos se quedaron mirando a Lancelot con una mirada de indiferencia, menos uno que tenía el pelo corto y era más alto y esbelto que el resto. Era alguien que estaba en el incidente que llevó a Lancelot aquí pero el cual por la indiferencia de la situación había pasado por alto.

—¿Morgana puedes hacerme el favor y llevarte a la compañera de Lancelot a otra sala?— dijo mientras señalaba a Atriane— Quiero que la familiarices con todo y le des un cálido paseo por las instalaciones.

—Super mega chachi guay— Corrió hacia Atriane y la agarró de las manos— Seremos Super amigas, Vámonos ya— Dijo con el tono más de tono de pito que nadie podía escuchar más.

—Ayudaaaa—Comenzó a susurrar Atriane mientras se iba poco a poco empujada por Morgana.

—Adios Morgana, cuidala bien— Replicó Arturo con una sonrisa cálida y despidiéndose.

Todos se quedaron en silencio hasta que finalmente Arturo rompió el silencio con un simple chiste. Nada gracioso pero que sirvió para volver a centrar a la gente en la reunión.

—Como os habeis dado cuenta Lancelot es nuestro nuevo integrante pero no me apetece presentaros a todos así que quien quiera presentarse luego y hablar con el que lo haga cuando acabe la reunión. Que tenéis que formar lazos.

Ninguno soltó ninguna risa. Menos Bors el más alto y esbelto de todos.

Atriane era arrastrada por Morgana a la que obviamente odiaba desde el primer minuto.

—Seremos Super amigas.

—Si, ya te escuche la primera vez.

—Así que iremos de compras. Que tengo el dinero infinito por ser una de las Consortes— Dijo mientras sonreía— A gastar a gastar.

Y así lo hicieron. Obligó a La Eldariana a ir de compras, Primero fueron a la tienda de maquillaje y compraron coloretes, bases, pintalabios, perfiladores, pinceles, algodones... Pero nada de eso lo había pagado Atriane si no como dijo Morgana todo salió de la cuenta de la realeza.

El siguiente objetivo fue una tienda de lencería íntima a la cual Morgana obligó a su "Amiga" a probarse la lencería y pagando ella solo por las que a ella le había gustado.

El siguiente paso fue la peluquería a la cual por alguna razón tenían cita pedida. El pelo largo de Atriane acabó convirtiéndose en uno corto que le llegaba por el cuello y un flequillo. No le gustaba pero era algo que su amiga había obligado a hacer.

El siguiente paso fue ir a comer. Tomaron unos bollos que en medio tenían un trozo de carne machacada con algún tipo de vegetal y un par de salsas. Con una bebida que era agua con burbujas y de color oscuro. No estaba muy buena esa comida.

Finalmente llegaron a la tienda de ropa y allí Morgana le obligó a comprar todo ropa Morada. El color favorito de ella pero que para los Eldarianos era un color que apenas podían ver por sus ojos, y era fácilmente confundible con el azul oscuro.

El día acabó y Morgana volvió a llevar a su amiga cargada de bolsas al cuarto donde vivía con Lancelot.

—Tía me lo pase mega chachi guay— Dijo mientras la abrazaba— Quiero que repitamos mas y tras la misión que tenemos mañana.

—¿misión?

—Claro, boba— Dijo mientras se alejaba— Una misión de exploración. Facilito. Chaito.

—Oh... Adiós.

Atriane cruzó la puerta de su hogar en el que estaba Lancelot esperándola. Tiró las bolsas al frente mientras El Destinado la esquivo en un rápido reflejo de sorpresa.

—LA ODIO.

—Pero...

—La cabeza me va a estallar. Todo el maldito día escuchando su voz de pito y obligándome a ir de aquí a allí. Comiendo comida horrorosa y bebiendo basura.

Atriane se puso a llorar y abrazó a Lancelot.

—Me quiero ir, por favor...

Lancelot no sabia que hacer realmente, Simplemente siguió el abrazo mientras estaba callado. El era una máquina de guerra pero no sabia bien como expresar sentimientos. Así que solo la abrazo.

—Y cuentame que tal te fue tu dia.

—Mi día consistió en estar de pie escuchando una charla sobre la guerra contra los bichos esos. En la cual en la propia reunión se le cayeron los calzoncillos a Arturo cuatro veces. Sin exagerar...

Y en efecto. Lancelot contó a partir de ese momento que la reunión consistió en la guerra contra los planteision como habían encontrado los nidos guarda y habían encontrado el mundo planteision en medio. De cómo podían acabar la guerra fácilmente con un ataque primario a los primeros nidos y después un gran ataque al nido principal. Los caballeros de la mesa redonda estarían en ambos ataques. De cómo creía que con esto igual podían ser libres sin el tener que destruir esta ciudad.

También contó cómo Bors se le acercó a él tras la reunión y comenzó a hablar, una agradable charla en la cual él también contaba que era una de las posesiones de Arturo al igual que el. Pero que llevaba tanto tiempo allí desde que era niño que su nombre ya había sido olvidado por todos y si le decía su nombre a alguien ya le sonaba extraño incluso a él. Así que esperaba que a Lancelot no le pasara lo mismo.

—Sabes que—Dijo Atriane—¿Mañana yo también me voy de misión?

—Ostras que bien. Espero que no sea una misión peligrosa.

—Va Morgana que es la consorte así que imagino que no lo será.

Fue la misión más peligrosa que jamás se haya hecho.

La saga de los Guerreros de Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora