La saga de los Guerreros de Fuego.

Interludio: Solo te tengo a ti.

A nadie más tengo. Solo te tengo a ti y ni siquiera sé si eres real.

Desde que nací fui metida aquí, obligada a ser una esclava para una familia. Me criaron para ser la esclava perfecta. Me cuidaban y mantenían guapa para mis dueños. Por el día me encargaba de hacer los quehaceres del hogar y por la noche era violada salvajemente por esta familia. Conforme crecen, viven y mueren solo era algo que heredaba el siguiente en la línea de sucesión

Satrah. Ni siquiera sé si existes.Solo te veo sonreirme. Alentarme. Hablas conmigo desde que era niña pero nadie puede verte. Solo yo. Temo que solo seas algo que me haya inventado para ser feliz.

—No. No lo has hecho. Pronto todos tus problemas se solucionarán— El Imaginario sonrió mostrando un cabello largo blanco, con los ojos cerrados que nunca abría y una gran sonrisa— Y ni siquiera tendrás que mover un dedo para salir de esta situación.

Desde hace diez años lleva diciendo lo mismo. En tiempo normal es mucho tiempo pero para mi es un suspiro. Él sabe que lo es. Pero nada pasa. NUNCA nada pasa. y así el tiempo paso siguiendo la misma rutina.

El alboroto en el jardín se hace estremecer. Los guardias intentan defender el terreno pero no pueden. Hablan de que un sicario ha venido a matar a los dueños. Ojalá sea así. Ojala. Solo pude ver por un momento a través de la ventana un destello rojo.

—Ya viene— Dijo Satrah— Tu momento de ser libre de este cautiverio. Eres más importante de lo que crees.

Los gritos han cesado. No hay más sonido. Las pisadas se hacen presente y las puertas se abren. Una persona con cabello rojo atravesó la puerta. Su cuerpo estaba lleno de sangre. Me miro con unos ojos sin expresión. Mis ojos sin expresión lo miraron a él. camino hacia una esquina de la habitación y se sentó.

—Menuda se ha liado fuera y yo que solo quería preguntar si podía quedarme a dormir.

Lo miré absorta mientras lo veía reirse mientras se ponía una mano en la cara.

—¿Sabes? Sois los primeros que no me atacan cuando me ven. Hasta las limpiadoras me tiraron jarrones.—Sonrio— Solo me defendí. ¿Sabes?

Espera un momento ¿Que acaba de decir? "Sois los primeros que..." Él puede ver a Satrah.

—Chaval ven aquí y dime una cosa ¿Porque tu amiga es muda?

—Tú no lo sabes pero ella es muy importante. Más que tú.

—Vaale. Pero respóndeme a algo ¿Cómo os llamáis?

—Ella es Atriane. Mi nombre es Satrah. y tú imagino que has de ser Ryu.

—Chico listo. diez puntos— Comenzó a sonreír mientras intento rascarle la cabeza pero lo atravesó—Vaale. Esto es raro ¿Eres intangible?

—Eh. Algo así. —Sonrió— Solo seres excepcionales pueden verme. Tú eres uno de ellos. y aquí Atriane es otro ser aún más excepcional.

Era la primera vez que veía interactuar a Satrah con otra persona a parte de conmigo. Sabía llevar realmente bien la conversación. Gracias a eso supe que el nombre de mi salvador era "Ryu". No será un nombre que olvide con facilidad. Espero...

—¿Con qué excepcional, eh? Bueno, la mayoría de cosas que hice podrían entrar dentro de esa categoría sin ningún problema— Comenzó a reírse mientras se levantaba— Bueno, me tengo que ir.

Y así como quien no quiere la cosa mi salvador se iba, me abandonaba a mi suerte pero pero quiero decirle que quiero acompañarlo, quiero ir con el. No se hacer nada sola, no se como vivir.

—Ryu tengo una propuesta interesante para ti.

—Dime oh intangible.

—Lleva a Atriane contigo.

—¿Qué gano con eso?

—Una amiga.

Los meses pasaron.