Capítulo 10: Hallacaminos.

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Atriane dio un paso hacia atrás tomando distancia. Sabía que el enemigo que tenía en frente de él era incluso más peligroso que la Lilith de la cual le hablo Él Trazacaminos. Más peligroso que Arturo. Era el hijo del ser más excepcional del universo.

El aura bailaba en la sala mientras Arthas se recomponia del golpe de traición que su madre le dio. Aunque el tambien fue a darle un golpe mortal a traición que no funciono. Esperaba que ella no le atacase. Pero notaba algo diferente.

La presión se comenzaba a notar en la instancia pero no era emitida por Arthas si no por Atriane quien comenzó a emitirla inconscientemente a causa del enfado. Intentaba someter a su propio hijo pero él resistía la presión como si no fuera la gran cosa.

— Madre— Sonrió— Los trucos de los Regis no funcionan conmigo.

—No se que es un Regis— Se cruzó de brazo mientras adoptaba una sonrisa pícara— Pero si se que enfrente tengo a un hijo de puta.

Arthas le hizo una reverencia mientras la miraba con una sonrisa.

El Celestial se lanzó al ataque mientras Atriane esquivaba el primer golpe en la cabeza y la sucesión de golpes que venía. Ella tenia mejores reflejos que cuando estaba en el universo anterior a este. Pero aún no había usado la energía del vacío.

Comenzó a emitir aura mientras Arthas mezclaba su aura con la presencia.

Atriane apenas podía entender cómo funcionaba el sistema de auras del cual estaba entrando. Nunca había tenido una y esta era la primera vez que la usaba. Pero debía hallar el camino para ganar.

Arthas se abalanzó hacia su madre quien reaccionó a duras penas esquivando el golpe. No podía creer que Ryu siquiera tuviese ese nivel de reacción como para poder seguir los golpes de enemigos igual de rápido. Sin lugar a dudas era un ser excepcional.

Ella intentó replicar un contraataque pero falló con Arthas contraatacando golpeándole en el estómago y mandandole a volar hacia arriba.

—Esto está siendo muy aburrido— Sonrió mientras cargaba la energía y la presencia en la palma de su mano— Podría desintegrarte a nivel molecular pero me parece que no será lo mejor— Sonrió.

Arthas miró con aburrimiento hacia el cielo mientras comenzaba a percatarse de algo. Vio las letras y alguien detrás observando la historia. Leyendo como un lector incansable que deseaba saber el final de la historia y veía como poco a poco todo se caía a pedazos.

Arthas le lanzó una sonrisa mientras poco a poco se acercaba a las palabras del libro que estaba leyendo y le lanzó una sonrisa burlona.

(Insertar imagen de Arthas destruyendo la pagina)

Atriane cayó al suelo mientras miraba como la barrera de su realidad convergía con la de otra. No podía dejar que el delgado equilibrio se rompiese de esta forma así que se acercó a Arthas y le volvió hacia dentro del libro. No podía dejar que influyese en más mundos. No podía dejar que atormentase a más gente. Tenía que hacerse cargo de él.

Y halló el camino sin ella pretenderlo. Exploró en su interior y se dio cuenta de que Abbadon le dijo que ella tenía los mismos poderes que Ryu. Ella tenía la energía del vacío en su interior y podía usarla.e intento replicarlo. Observó en su interior y comprobó como una gran nada estaba dentro de ella.

TU AQUELLA QUE NO DEBERÍA EXISTIR INTENTA ACCEDER A LA NADA.

Atriane fue rodeada por la nada más absoluta y un gran ente con un ojo se le quedó observando.

ESCAPAS DE TODA COMPRENSIÓN. ESTE UNIVERSO NO ESTÁ REGISTRADO... GRACIAS POR MOSTRARME ALGO ASÍ. AHORA TENGO UN NUEVO ALIMENTO.

La Hallacaminos observó como su aura absorbía todo. Pero había algo que notaba. Este no era todo su poder. Podía lograr algo más. Ella era la ser más excepcional que había existido y eso lo dijo Satrah. Ella era una mutación en el universo anterior y su hijo heredó su mutación. La Presencia.

La nueva fuente de poder que Arthas cree que desarrolló realmente vino de su madre. Quien era una mutante dentro del amplio abanico del universo desarrollando una nueva fuente de poder.

Era un fallo de los Regis. Pero sin embargo le dotaba de más posibilidades para lograr la victoria. Nadie sabía que ella tenía esta capacidad. Ni siquiera Adelein Adeleith cuando escribió la historia hasta este punto. Y sin embargo se mencionó anteriormente que ella tenía acceso a la presencia en un única línea de las crónicas de Ryu. Pero ahora me toca a mi volver a escribirla para dotar de un final que no ponga en peligro nada.

La Hallacaminos observaba, tenía que encontrar la forma de acabar con su hijo. Ella comenzó a emitir presencia sin pretenderlo mientras la mezclaba con su energía del vacío.

La presencia del Vacío se hizo presente mientras sonreía ante la estupefacción de su hijo que estaba asombrado de que ella siquiera hubiese podido acceder a la presencia y evolucionarla a unos niveles que nadie hubiese podido alcanzar nunca.

La Hallacaminos extendió la mano como si supiese lo que estaba haciendo y apuntó hacia Arthas. Las hondonadas de presencia del vacío se hacían presente mientras Arthas corría rodeando a su madre para esquivar los disparos. Pero ella sin cesar lo seguía.

Arthas logró acercarse a Atriane e intentó lanzar un golpe. Pero ella logró esquivarlo de forma sencilla mientras aplastaba su cabeza contra el suelo.

Arthas soltaba gritos de dolor mientras se preguntaba que había hecho mal. Porque ella había logrado superarle de forma tan amplia si él era la forma superior del universo. Este era su universo e iba a lograr salir del mismo.

Pero Atriane no lo dejaba. Reunio la presencia del vacío en su mano y como si ya supiese lo que hacía género una espada con la misma. Como hizo El Trazacaminos en el pasado generando la espada colosal para derrotar a Lilith.

Y sin más dilación partió en siete trozos a Arthas mientras este comenzaba a expulsar presencia hacia todos lados. Su cuerpo comenzó a subir al cielo mientras la presencia se descontrolaba y finalmente su cuerpo cayó al suelo inerte.

Atriane había ganado a Arthas. Ella era la más poderosa de todas. Ella halló el camino para ganar.

Ryu atravesó el portal mientras miraba como su pareja estaba aún viva emitiendo algo que él no comprendía. No lograba entenderlo.

—¿Qué ha pasado?

—Nada. Solo le di una lección a nuestro hijo— Sonrió— ¿Y donde has estado?

—No lo sé. No recuerdo nada.

—Había una...— Dijo como si ya no se acordase. Ningún ente del libro debe ser consciente de que está en una novela. Raro es el caso de Adelein Adeleith y de Arthas.

Pero ambos finalmente se miraron mientras el reino celestial comenzaba a colapsar, sonrieron y se besaron.

La saga de los Guerreros de Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora