Capítulo 9: Mishira

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—Vamos Ryu tienes que despertar, ponerte en pie.

Pero no reaccionaba.

El Fracaso dejó apoyado al Nacido para morir mientras veía todo a su alrededor. Solo oscuridad y una mesa de madera en el centro adornada con una lámpara apagada y una silla. Un traqueteo de monedas chocando se escuchaba de fondo mientras una luz se acababa de encender en la propia mesa. Sentado en ella estaba un ser el cual sus ojos estaban cubiertos por una venda, de su boca salían brazos como si fueran tentáculos y sus brazos raquíticos pero largos.

—Toma asiento—Dijo el ser— Me llamo Mishira. Este es mi mundo— Comenzó a reír mientras los brazos de su boca se levantaban hacia arriba.

Dante tomó asiento temeroso mientras veía que el ser lanzaba las monedas hacia arriba.

—Ya solo que llegaseis a este punto es increíble—Agarró de nuevo las monedas y se las lanzó a Dante. cinco monedas en total con la cara de Ryu— En la infinidad de tiempo que llevo aquí sois sin lugar a dudas los primeros que han pasado de la puerta y encima han llegado hasta aquí. El nivel 3.

—Ya bueno ¿Y que le hacemos?—Soltó una sonrisa temerosa.

—Puedes jugar a un pequeño juego. Por cierto deja que me presente. Soy Mishira— El ser extendió el brazo para darle la mano a Dante y este se la estrechó— Un gusto, jugador.

—¿Como que jugador?

—En mi mundo original combatimos, si. Pero apostamos las almas en juegos. era nuestra forma de luchar— Señaló las fichas— cinco fichas que representan el alma de tu amigo. Jugaras por su vida.

—Vale vale. Tengo una pregunta fundamental qué me llevo haciendo desde hace rato.

—Cuéntame.

—En el resto de lugares que hemos ido NADIE hablaba nuestro idioma ¿Como es que tu si?

El ser no respondió. Prefería no dar una respuesta a tal pregunta. Total si ganaban tendrian su respuesta en el siguiente mundo.

Unos seres sin rostros comenzaron a aparecer en la sala mientras colocaban bebidas a los lados de los jugadores. Uno de ellos portaba unas fichas bastante grandes con figuras que representaban del uno al diez con símbolos extraños. Para cada jugador eran diferentes y había cinco de cada número. Mishira sacó una ficha extra completamente negra. Un comodín.

—Las reglas son simples: Cinco fichas representan el alma de tu amigo—Miro con detenimiento la mesa— Y me olvidaba— Lanzó una ficha extra— una ficha que representa tu alma.

El fracaso miró con detenimiento la ficha con su cara pensando porque el solo disponía de una a diferencia de Ryu. Pero decidió no decir nada.

—En cada ronda del juego que explicaré a continuación se apostará un número de fichas a elección del jugador al inicio de cada partida. El número es desde una hasta el total de fichas que tengas. Las fichas que pierdas pasarán al contrario y viceversa.

—Vale. Ahora la pregunta ¿Dónde están tus fichas?

El ser comenzó a reír mientras una luz se encendía detrás de ella para mostrar una montaña de fichas.

—El número total de fichas depende de cuán valiosa sea el alma. Tu alma no vale más que una ficha. La de tu amigo sin embargo es más valiosa que la de la gran mayoría.

Dante estaba nervioso mientras asentía. Ahora TODO dependía de él y no era algo que le gustase. Por algo era un fracaso en todos los sentidos.

—El juego consiste en que se barajaran todas las fichas que tienen los símbolos del uno al cinco y cada jugador cogerá cinco fichas en cada columna. esto con las fichas dadas la vuelta. y una ficha en medio. Esa ficha en medio determinará quien comienza la ronda. Fichas con interior negro para ti. Fichas con interior blanco para mi. Si en el centro sale el comodín se gana la partida automáticamente. Entonces se debe rellenar las columnas del uno al cinco con los números correspondientes. Si tu volteas una ficha de tu columna y es del contrario tu turno acaba si no continuas jugando. El ganador es quien complete todos los números. Se puede usar el comodín para completar columnas.

—Entiendo. En definitiva: Un juego de azar.

—Exacto.

Dante tiró una ficha de Ryu mientras el ser tiraba Doscientas monedas.Mishira giro la ficha central y salió el comodín. Dante había perdido la primera ronda.

Segunda ronda Dante apostó una ficha de Ryu y el ser apostaba mil fichas. Se procedió a girar la ficha central. Mishira volvió a ganar con el comodín.

El juego estaba trucado. Era algo que hasta el mas tonto se hubiese dado cuenta ¿Como era posible? El fracaso tenía que ver cómo podía descubrirlo. Solo le quedaban cuatro fichas. Tres de Ryu y una suya. Y tiempo no era algo que le sobrara en este momento.

Dante agudizó sus sentidos.

La tercera ronda siguió el mismo patrón. Dante perdía y el ser ganaba. Pero había algo que le inquietaba ¿Cómo era posible siquiera que esta situación se diese? A no ser que no hubiese fichas si no que todas fueran el comodín independientemente de cual fuera.

Cuarta ronda. Dante pidió comenzar la ronda. El ser le cedió el honor y sacó el tres blanco. le dio la ficha a Mishira. Consecutivamente a cada ficha que colocaba y liberaba de su lado completaba el set sin siquiera dejar jugar a Dante. Había perdido otra ronda.

Dos fichas le quedaban. La suya y la de Ryu. Si perdía ahora había perdido en general.

—Menuda basura de juego—Replicó Dante— Es muy sencillo saber cómo funciona la trampa del azar.

—Vaya veo que te has dado cuenta que la ficha cambia al respecto de la energía que le pongas.

—La verdad que no. pero gracias por el dato porque yo pensaba que eran pegatinas—Comenzó a reírse desquiciadamente.

Dante sacó la pistola y se la puso a mishira en la cabeza mientras sonreía.

—Mi teoría es que si te meto un tiro en lo que creo que es la cabeza te matare. Este juego solo es una manera de engañar a quien esta aqui en pos de hacerle perder sin que tú pelees. Eres débil.

—No soy débil. Soy la antepenúltima guardiana de Lilith, soy...

—Callate. Me fijé en una cosa cuando estaba bajando. El guardián por poco nos desintegra. El amasijo extraño al revés nos supuso un cambio de perspectiva— Sonrió— Pero el tercero Ryu pudo con él sin ayuda—Comenzó a reírse— Si. Creo que la idea de Lilith es que nadie pase de las primeras puertas y conforme avanzamos sois más débiles. No quiero imaginarme cuán débil tiene que ser Lilith—Dante apretó el gatillo mientras perforaba los sesos de Mishira. Sin lugar a dudas era débil. Más débil que nadie.

—Y con esto ganó el juego— Dijo Dante mientras el portal los absorbía al siguiente mundo de Lilith. Un prado lleno de flores, vegetación y una casa en medio que inspira calidez.

La saga de los Guerreros de Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora