Carrie cuidadosamente dobló los planos, antes de pasárselos a Job. Había repasado tantas veces la distribución del interior y las dos rutas de escape marcadas por él que ahora parecían estar grabadas perfectamente en su memoria. Mientras tanto, Job seguía inmerso en su teléfono, sus dedos deslizándose rápidamente por la pantalla, revisando los movimientos de los guardias de seguridad.
Carrie lo observó en silencio por un momento, intentando descifrar si estaba revisando detalles importantes o simplemente sumido en sus propios pensamientos. Al sentir su mirada, Job levantó los ojos y, con un gesto serio, dirigió su atención hacia ella.
—En cuanto al sistema de alarma adentro, necesito acezar a uno de los paneles de control en el interior. Lo desactivaré cuando lleguemos allí. Pero, con la prisa, solo podré retrasar el aviso de la alarma, talvez tengamos tres minutos para abrir la caja fuerte y salir de aqui.
Hace más de diez años, Carrie y Hood eran famosos y prolíficos ladrones en las calles de Nueva York. La especialidad de Carrie era robar autos, conducir y abrir cajas fuertes.
—No sera un problema, solo me bastaran dos minutos. —Carrie aplaudió y mostró la pequeña bolsa de herramientas en sus brazos.
—Haz estado demasiado tiempo fuera del juego, crees que podrás hacerlo.—Job negó con la cabeza y guardó el teléfono. Carrie había sido ama de casa durante más de diez años, y para ser honesto, aún estaba un poco preocupado.
—Deja de decir tonterías y vámonos —Carrie abrió la puerta.
Job dejó escapar un suspiro, se quitó el capó, y ambos salieron del auto y se dirigieron rápidamente a la puerta trasera de la compañía de seguros que estaba junto a ellos.
—Maldita sea, como extrañaba esto, es como en los viejos tiempos —murmuró Carrie al ver a Job sacar el decodificador de su mochila y conectarlo a la cerradura de la puerta.
No pudo evitar sentirse algo nerviosa por volver a su antiguo trabajo. Giró el cuello y miró a su alrededor.
—Relájate —le dijo Job, observando cómo los números en el decodificador latían rápidamente—Se precavida y resuelve los problemas cuando surjan. Así es como se hacen las cosas.
Carrie respiró hondo varias veces para calmar sus latidos.
—¿Aún recuerdas lo que te dije? Solo tenemos tres minutos.
—Claro que sí.
—¡Beep!
Se escuchó un sonido suave y la cerradura de la puerta se destrabó. Job guardó el decodificador y abrió la puerta con precaución. Coloco una cinta adhesiva en el pasador del seguro metalico.
—Vamos, con tanta tecnología disponible. La cinta adhesiva es lo mejor que sete ocurrió. —dijo con una sonrisa.
Job no dijo nada, sigo que siguió moviéndose atreves del pasillo. Siguiendo la dirección del dibujo en sus mentes, los dos rápidamente corrieron hasta el tercer piso y caminaron por el estrecho pasillo hasta la sala de finanzas.
—¿Estás segura de que este lugar guardan dinero en efectivo? —Job volvió a sacar sus herramientas.
—Cien por ciento segura —respondió Carrie ansiosa— Cuando me reuní con la gente de la compañía de seguros, vi con mis propios ojos que el personal de seguridad entraba con una bolsa de dinero bancaria.
Justo cuando el decodificador se puso verde, ella extendió la mano hacia la cerradura de la puerta para abrirla, pero Job la detuvo.
—Espera. Hay un sistema de alarma adentro.
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Reencarne en Banshee Town
AçãoEn el vasto universo de series y películas icónicas, los casos policiales y las tramas de gánsteres se conectan en un entramado más amplio. Desde Banshee Town, surge una historia en la que lo imposible se convierte en parte del día a día. Personajes...