Capítulo 136: Guerra México-Estados Unidos IX

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La noche del 29 de abril de 1846.

En las llanuras cercanas a Memphis se extendió un campamento de tiendas de campaña de una magnitud impresionante.

Había tantas tiendas que era imposible ver algo más, lo que de manera indirecta revelaba la escala y el nivel de suministros del ejército del Imperio Mexicano.

Isaac y Dequan ya estaban hartos de caminar, pero al tener al enemigo frente a ellos, no podían dormir por la inquietud.

'Venceremos.'

El príncipe heredero lo había dicho, así que debía ser cierto. Pensando en eso, poco a poco se quedó dormido.

La mañana del 30 de abril.

El sonido de la banda militar se extendió y comenzó la mañana del ejército imperial. Las tropas del Imperio Mexicano comenzaron a organizar rápidamente las tiendas y a prepararse para el combate.

La unidad a la que pertenecía Isaac se dirigía al este. Debido al tamaño del ejército, se planeaba librar batallas en una extensa área.

"...Ya ni siquiera veo la ciudad."

"No podemos simplemente lanzarnos hacia allá."

Esta vez, Estados Unidos también parecía estar adecuadamente preparado. En el sur de la ciudad, se formaba una línea defensiva con muchas estructuras defensivas, como murallas y baterías.

Justo frente a la ciudad, cerca de la orilla del río, la defensa parecía ser la más sólida, y a medida que se iba hacia el este, la cantidad de estructuras defensivas disminuía.

"La flota va a tener dificultades."

Tan pronto como Isaac dijo eso, se escucharon los primeros ruidos de batalla desde la orilla del río.

¡Kwang! ¡Kwang!

"...Ha comenzado ya."

La flota imperial fue la que inició el combate primero.

◆◆◆

Al suroeste de Memphis, el terreno del río Misisipi tenía una característica peculiar. Había una formación conocida como la Isla del Presidente (President's Island), que sobresalía, y el flujo del río rodeaba esta isla. En esta zona, el ancho del río se estrechaba, lo que la hacía ideal para detener la flota enemiga.

Aunque se llamaba isla, en realidad estaba conectada con la tierra, por lo que, estrictamente hablando, era un cabo. Esto también favorecía la defensa.

"Están bien preparados."

"Sí, han fortificado el lugar como si fuera un edificio de ciudad."

A lo largo de la orilla oeste del río y en la Isla del Presidente al este, se alineaban fortalezas de ladrillo. Al ver que cada fortaleza estaba equipada con una gran cantidad de cañones, el almirante Castillo abandonó la idea de intentar ingresar.

"Si entramos por el centro, nuestra flota no quedará en pie."

Eran cañones capaces de dañar incluso a los barcos blindados. Los barcos que no eran blindados no resistirían mucho tiempo.

Si los cañones estuvieran fijos en la orilla, los barcos blindados los recibirían y los demás barcos brindarían apoyo, pero los cañones en las fortalezas podían atacar no solo a los barcos blindados, sino también a los demás barcos.

"El Libertador en la vanguardia izquierda, el Cuauhtémoc en la vanguardia derecha. Los demás proporcionarán apoyo desde la retaguardia con los cañones principales. ¡Avancemos lentamente, destruyendo las fortalezas desde la entrada!"

Me convertí en el príncipe heredero del Imperio Mexicano - Volumen IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora