Capítulo 181: Dominio Absoluto del Pacifico II

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La mirada de los maoríes era penetrante, pero no atacaron de inmediato.

"Por suerte, no están atacando."

"Entonces, esperemos un momento. Si es una tribu lo suficientemente grande, podría haber alguien que hable inglés."

El líder de la expedición, Delgado, aceptó la propuesta del profesor Peralta.

La expedición levantó las manos en señal de no agresión.

Los maoríes susurraron entre ellos y llamaron a alguien. Tal como lo había predicho el doctor Peralta.

"¿Qué hacen aquí estos hombres blancos? ¿Son realmente blancos?"

Quien hablaba agresivamente miró el rostro mestizo de Delgado y pareció confundirse un poco.

"Tiene sangre de blanco, pero no es del Reino Unido." La respuesta de Delgado dejó al intérprete maorí aún más perplejo. "¿No es del Reino Unido? Entonces, ¿de dónde viene?"

"Venimos del Imperio Mexicano, y estamos aquí para ayudar a los maoríes."
Los ojos del intérprete se abrieron de par en par.

Poco después, un hombre maorí alto y robusto se adelantó. Su rostro estaba decorado con tatuajes distintivos, y su mirada era afilada. El hombre observó detenidamente antes de hablar en un inglés torpe.

"¿Imperio Mexicano? No sé dónde queda, pero supongo que es un país lejano del que no sabemos nada. Sin embargo, no puedo confiar en que hayan venido a ayudarnos."

Los británicos llevaban más de medio siglo visitando Nueva Zelanda. Aunque el jefe no hablaba inglés con fluidez, entendía conceptos como nación y que existían hombres blancos además de los británicos.

Tras escuchar esas palabras con desconfianza, el doctor Peralta hizo un gesto.
Siguiendo el plan previamente acordado, los miembros de la expedición comenzaron a sacar los regalos preparados.

Al principio, los maoríes se mostraron cautelosos, pero al ver lo que habían sacado, su expresión cambió.

Sabían bien lo que eran esos objetos.

Eran artículos de hierro y otras herramientas.

Los maoríes ya habían tenido contacto con estos objetos gracias a los británicos y les gustaban mucho, según la información recopilada con anticipación.

Incluso el jefe entendió por qué la expedición había sacado esos objetos.

"Estos son obsequios que traigo como representante del Imperio Mexicano, Herculito Delgado."

Una estrategia de regalos, preparada para iniciar una relación amistosa. Tenían confianza en los puros cubanos de alta calidad y el tequila, un licor emblemático de México.

El jefe, al observar aquellos productos que incluso a simple vista parecían de lujo, finalmente los aceptó.

"Soy Potatau Te Wherowhero, jefe de la tribu Waikato. Agradezco estos regalos que han traído."

Los maoríes de Nueva Zelanda estaban divididos en varias tribus, y entre ellas, la tribu Waikato, ubicada en el centro de la Isla Norte de Nueva Zelanda, era una de las más poderosas.

Cuando Potatau Te Wherowhero aceptó los regalos de la expedición mexicana, pareció que la tensión entre ambas partes disminuyó un poco. Sin embargo, en su mirada aún se notaba cierta cautela.

El jefe tomó una pipa entre sus labios y aspiró profundamente. Por un breve momento, una expresión de tranquilidad cruzó su rostro. Pero pronto recuperó su semblante serio mientras dirigía su mirada hacia Delgado.

Me convertí en el príncipe heredero del Imperio Mexicano - Volumen IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora