Me convertí en el príncipe heredero del Imperio Mexicano - Volumen I

Capítulo 137: Guerra México-Estados Unidos X

"¿Soltar las filas? Eso es una deshonra..."

¡Paf!

El general Winfield Scott abofeteó la mejilla del oficial que hablaba de honor.

"¿Qué? ¿Honor?"

"¿Y cuando los soldados en las filas son destrozados, hablas de honor? ¿Quinientos, tres mil muertos al día, y hablas de honor?"

Aunque era un oficial que había ascendido hasta coronel, ante la furia de Winfield Scott, un veterano y héroe de guerra, solo pudo bajar la cabeza.

"¿Hay algún idiota que siga hablando de honor?"

"..."

Nadie tuvo el valor de abrir la boca frente a Winfield Scott, que parecía dispuesto a abofetear a cualquiera que lo hiciera.

"Menos mal. A partir de mañana, tendremos que enviar a los que ni siquiera han completado el entrenamiento básico. Si todavía hay alguien que sigue hablando de honor, pensaba ponerlo al frente de las filas y dejar que lo liderara con honor."

"..."

En esa época, los soldados de las filas no solo eran una táctica, sino también un símbolo de disciplina y coraje. Mantenerse firme en un campo de batalla donde las balas y los proyectiles caían sin cesar, y llenar el lugar de otro soldado que moría, era un acto honorable.

Winfield Scott, que ahora llevaba el título de veterano, al principio no entendió por qué los soldados mexicanos no seguían las filas, dispersándose y priorizando el uso de la cobertura. Pensó que era estúpido y deshonroso. Sin embargo, como comandante del ejército de los Estados Unidos y responsable de la batalla, no pudo hacer más que aceptarlo.

"A partir de mañana, nosotros también dejaremos de formar las filas y buscaremos la mayor cobertura posible."

En dos días, los muertos ascendieron a treinta mil. Al menos los soldados enviados hasta ese momento habían sido entrenados. Los que no habían recibido siquiera tres semanas de entrenamiento estaban en espera como reservas.

Así comenzó el tercer día de la batalla.

El ejército del Imperio Mexicano se sorprendió por la táctica cambiada de las fuerzas estadounidenses.

Aunque la artillería seguía disparando y la caballería seguía luchando, los soldados de infantería ya no se alineaban para actuar como carne de cañón.

En lugar de eso, como el ejército mexicano, se dispersaron por el campo de batalla, usando objetos para cubrirse y disparando desde posiciones protegidas. Incluso los que no tenían cobertura se agachaban para disparar.

Aunque el humo de la pólvora a menudo cubría las posiciones, lo que hacía que la cobertura fuera casi inútil, la situación había cambiado con respecto a ayer, cuando los soldados se exponían abiertamente.

"¿Cambiar la táctica en solo dos días...?"

"Parece que los estadounidenses también tienen capacidad de aprendizaje."

"No fue solo un cambio parcial, parece que todo el alto mando dio la orden."

En una organización tan conservadora como el ejército, solo una persona podría haber generado tal cambio de táctica de un día para otro.

El comandante supremo había presionado por ello.

"...Pensé que podríamos haberlos empujado hoy, pero parece que será difícil."

Los resultados de la nueva táctica fueron extraordinarios.

Las bajas humanas, causadas por los disparos de rifles y ametralladoras, se redujeron considerablemente.