Me convertí en el príncipe heredero del Imperio Mexicano - Volumen I

Capítulo 198: Guerra Civil VIII

¡Bang! ¡Bang!

¡Screech!

¡Crack!

El ejército de liberación continuó disparando incesantemente, como si tuviera la intención de destruir todas las instalaciones defensivas. El humo y el polvo cubrieron el cielo, oscureciendo cada vez más el ambiente sobre la ciudad. Los aterradores ruidos provenientes de todos los rincones de la ciudad hacían que la atmósfera se volviera aún más tensa.

De una población de 110,000 personas, casi 30,000 eran negros. En una ciudad donde los negros libres sumaban miles, sería extraño si no se generara un sentimiento de discordia. La ciudad estaba dominada por la ansiedad, el miedo, la duda y el odio.

¡Bang! ¡Bang!

¡Glup!

"Mamá, si esperamos un poco más, finalmente...!"

Los ojos de la familia, que permanecía en silencio en una habitación oscura, reflejaban una mezcla de desesperación y esperanza. Los que sostenían las antorchas que iluminarían su futuro se acercaban por fuera de la ciudad.

"Shh, shh!"

Aunque susurro bajo, no había forma de que la familia, que estaba completamente tensa, no lo escuchara. El dueño de la mansión había salido para defender la ciudad, pero su hijo, aún más cruel, escuchó esas palabras.

"¡Esos malditos negros se han vuelto locos!"

¡Riiip!

"¡Aaah!"

El joven no dudó en golpear a sus esclavos. La madre, desesperada, trataba de proteger a su pequeño hijo.

¡Puff! ¡Puff!

En la desesperante situación de la ciudad, muchos comenzaron a desquitarse con los negros, atacándolos sin razón.

Por otro lado, los movimientos de los negros libres también eran inusuales.

"¡Los blancos que pueden pelear ya están en las afueras de la ciudad! ¡Ahora es nuestra oportunidad!"

"¡Sí! ¡Vamos a liberar a nuestros compañeros!"

"¡No hagas una locura! ¡Si esperamos, el ejército de liberación vendrá, no podemos soportar varias horas sin hacer nada!"

"Tienes razón. Es peligroso. Si usamos la fuerza dentro de la ciudad, podrían matarnos bajo el pretexto de que estamos iniciando un escándalo. ¡¿No ves cómo se les ha ido la cabeza?!"

Aquellos que querían iniciar un motín y liberar la ciudad de inmediato se enfrentaban a aquellos que pensaban que lo mejor era esperar calladamente.

Desde una distancia, había alguien vigilando el edificio en el que estaban discutiendo. Los blancos también sabían bien que los negros podrían armar un escándalo.

"Parece que las opiniones están divididas..."

El hombre que observaba la situación dentro del edificio a través de un telescopio le dijo a su compañero, pero en ese momento, un negro cubrió la ventana.

"Solo podemos esperar que esos bastardos se queden tranquilos."

"¿Quedarse tranquilos? ¿Crees que nuestra milicia podrá defender la ciudad si están tranquilos?"

"...¿Entonces qué sugieres hacer?"

"Esperar es una pérdida de tiempo. No debemos esperar a que esos malditos se queden quietos, tenemos que atacarlos primero, capturarlos todos y luego usarlos como rehenes. ¿No tenemos el pretexto de estar planeando un alboroto?"