Capítulo - Adiós en Capri
El día siguiente amaneció con una energía frenética. El bullicio en la casa era innegable, las maletas se apilaban en el pasillo, y Sarah corría de un lado a otro, empacando con rapidez. Su mente saltaba entre la emoción por el viaje a Italia y las responsabilidades del siguiente destino: Escocia. Cuatro maletas, una para cada destino, un caos organizado que solo Sarah podía gestionar con tanta precisión.
— ¿Seguro que no te olvidaste de nada? —le preguntó Gabi con una sonrisa, mientras observaba a Sarah en su ajetreo.
— ¡Nada importante! —respondió Sarah, sin levantar la vista mientras cerraba una de las maletas con una rapidez asombrosa—. Todo lo esencial para Escocia, y luego Italia... Será una locura, pero lo lograremos.
Gabi, con su típica calma, había estado ayudando a organizar lo que quedaba. Al principio, había tenido un poco de dudas sobre cómo sería el proceso de esparcir las cenizas de Willy, pero luego de hablarlo con Sarah, comprendió la profundidad de la decisión. Para ambas, ese viaje a Italia era una manera de despedirse de Willy de una forma especial, honrando su memoria de una manera que se sentía justa y amorosa.
Cuando llegó la hora de salir, Karla estaba esperándolas en el auto. Sarah salió de la casa, mirando a su alrededor con una sonrisa nostálgica. Su mente pensaba en todo lo que dejaba atrás, pero la emoción del viaje superaba cualquier sentimiento de duda o tristeza.
Karla, siempre tan comprensiva y amorosa, ayudó a cargar las maletas en el maletero del auto, y al final, cuando Sarah se subió al asiento del copiloto, Karla se quedó unos momentos más en la puerta, mirándolas con una mezcla de cariño y emoción.
— No puedo creer que ya se vayan —dijo Karla, acariciando la mejilla de Sarah con ternura antes de darle un beso rápido en los labios—. Disfruten mucho, ¿eh? Y por favor, cuídense.
Sarah asintió con una sonrisa suave, tomándola de la mano antes de soltarla para entrar al coche.
— No te preocupes, todo estará bien. ¡Ya me imagino lo que va a ser! —dijo Sarah, su tono animado—. Nos tomaremos nuestro tiempo, exploraremos, y cuando menos lo esperes, estaremos juntas en Escocia.
El viaje hasta el aeropuerto fue tranquilo, con las dos amigas charlando sobre los detalles del viaje, los recuerdos de Willy, y todo lo que esperaban hacer en Italia. La emoción era palpable en el aire, una mezcla de nostalgia y alegría, sabiendo que este viaje tenía un significado profundo, pero también la oportunidad de crear nuevos recuerdos.
Cuando llegaron al aeropuerto, Sarah y Gabi se despidieron de Karla con un abrazo largo y afectuoso. Karla, siempre reservada en sus emociones, no pudo evitar sentirse un poco triste al verlas partir, pero entendía lo importante que era para Sarah cumplir con esa parte del viaje.
— Te extrañaré —le dijo Karla a Sarah, abrazándola con fuerza antes de separarse.
— Lo sé, pero nos vamos a ver pronto. No te olvides de todo lo que tienes que hacer aquí. ¡Y cuida a Nicky por mí! —respondió Sarah, con una sonrisa brillante.
Después de un último beso y un rápido intercambio de palabras, Sarah y Gabi cruzaron las puertas del aeropuerto, con la emoción del viaje y el propósito claro en sus corazones.
La llegada a Capri había sido un bálsamo después del largo viaje. El hotel era un refugio de lujo discreto, con vistas al azul profundo del mar Tirreno. Exhaustas, Sarah y Gabi apenas tuvieron tiempo de admirar el lugar antes de dejarse caer en sus camas. El sonido de las olas rompiendo en la distancia fue la melodía que las arrulló esa noche.
ESTÁS LEYENDO
El baile de las almas perdidas
RomanceEn un mundo donde el éxito profesional parece ocuparlo todo, Sarah y Karla, dos mujeres apasionadas y brillantes, se reencuentran por casualidad tras años de distancia. Sarah, una microbióloga de porte elegante, y Karla, una profesora que ahora tamb...