𝘌𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘖𝘭𝘢𝘴 𝘺 𝘊𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰𝘯𝘦𝘴 ||
Ava Gibson, una joven sumamente apasionada por el surf y las olas junto su "casi algo", Marlon, que se encuentra sumamente extraño.
Pero eso cambiará, parece que un nuevo surfista roba su corazón.
Cuand...
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Era extraño cómo un simple encuentro podía cambiar el rumbo del día. Miré a Baxter y sonreí, sintiendo que quizás este momento podría ser el comienzo de algo inesperado y emocionante.
Aunque aún así tenía miedo de encariñarme. Esa preocupación me rondaba la mente como una sombra persistente. ¿Y si Baxter era solo uno de esos chicos que no valoran realmente a las personas y solo están jugando? La idea de abrirme a alguien nuevo y luego enfrentar el desengaño me aterraba.
Mientras lo miraba sonreír, sentí una mezcla de atracción y cautela. Era fácil dejarse llevar por la química del momento, pero no podía ignorar esa voz interior que me advertía sobre los riesgos. Había tenido experiencias pasadas que me habían dejado cicatrices, y la última cosa que quería era volver a sentir esa decepción.
Aun así, había algo en Baxter que me hacía dudar. Su mirada era sincera, y su risa tenía una calidad contagiosa que me hacía querer estar cerca de él. Pero, ¿podía confiar en eso? ¿Podía permitirme sentir algo más por él sin caer en la trampa de mis propios miedos?
Decidí que debía ser cautelosa. Tal vez podía disfrutar de este momento sin esperar demasiado. Después de todo, la vida era un riesgo constante, y quizás valía la pena arriesgarse un poco en lugar de cerrarme completamente a las posibilidades. Con un suspiro silencioso, decidí que intentaría disfrutar del presente y ver a dónde nos llevaba esta conversación, sin poner demasiadas expectativas en ello.
Quería besarlo. Era una necesidad que me consumía, a pesar de que sabía que no lo conocía lo suficiente. Pero sus ojos claros me cautivaban de una manera que nunca había experimentado antes. Había algo en su mirada que me hacía sentir viva, como si cada parpadeo revelara un nuevo secreto.
Mientras conversábamos, podía sentir la tensión en el aire, una especie de electricidad entre nosotros. Era como si todo a mi alrededor se desvaneciera y solo existiéramos él y yo. Esa conexión era tan intensa que me hacía olvidar mis miedos momentáneamente. Quería acercarme, perderme en su mirada y encontrar el valor para dar ese paso.
Pero entonces, la duda volvía a asomarse.
« ¿Estaba siendo imprudente? ¿Era solo un capricho pasajero? »
La lógica luchaba contra el deseo, pero mi corazón parecía tener su propia agenda. No podía ignorar esa atracción poderosa que crecía con cada risa compartida y cada mirada prolongada.
Finalmente, decidí dejarme llevar por el momento. Tal vez no necesitaba conocerlo por completo para dar un paso hacia adelante. A veces, la vida se trataba de arriesgarse y aprovechar las oportunidades cuando se presentaban. Así que respiré hondo, junté valor y me acerqué un poco más a él, sintiendo cómo el mundo a nuestro alrededor se desvanecía mientras me preparaba para ese beso que tanto anhelaba.
