𝘌𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘖𝘭𝘢𝘴 𝘺 𝘊𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰𝘯𝘦𝘴 ||
Ava Gibson, una joven sumamente apasionada por el surf y las olas junto su "casi algo" que se encuentra sumamente extraño.
Pero eso cambiará, parece que un nuevo surfista roba su corazón.
Sus miradas se...
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—¡Escapar la primera noche de Summer aquí! ¿Como pudieron ponerme en esta situación? Están castigados.
—Mamá.—dijeron a dúo Ari y Ava.
—¡Le dije a Ava que no saliera!—dijo Ari defendiéndose
—¿Ahora es mi culpa? ¡No debiste haberme perseguido!
—Sigue estando mal de todas maneras. Están castigados. Ava por dos semanas y tú por una, y punto.
—Mamá , mañana estoy en cuartos de final.
—¿Por que yo más?—dijo Ava ridícula con el ceño fruncido.— También estoy en cuartos de final. ¡No puedo perderlos, no después de haber caído!
—Sí, exacto. Deberían haberlo pensando antes de escaparse. Summer está aquí sola, no conoce a nadie. Deben de dar el ejemplo.
—¡No le pedí que viniera!—exclamó Ari—
—Bueno pero está aquí ahora. Háganse la idea.
—Me voy a la cama.
—Te odio.—dijo Ava alejándose de ahí y yendo hacia afuera sentándose en el césped.
Ava se sentía terriblemente mal. No sabía que pensar, de estar feliz, sin preocupaciones, pasó a estar mal. Estar con un nudo en su pecho que no se puede desatar.
Que no le puede contar a nadie de sus problemas, por que siente que es una carga. Se siente sola.
Estuvo un largo rato allí, sintiéndose como una estupida.
No le gustaba sentirse sola, todo esto... todo le hace mal.
«¿Por que me castigan más a mi? Eso no es justo.» —pensaba Ava, con ganas de llorar y gritarle a cualquiera que pasara.
—Ava, a la cama. Ahora.—dijo su madre asomándose por la ventana con una voz molesta y con el ceño fruncido.
Ava se levantó y pasó adentro, se dirigió a su pieza y se acostó. Allí estaba Summer, recién acostandose.
Ninguna de las dos dijo nada, absolutamente nada.
De repente, Ava se acordó del cigarrillo que había guardado hace dos días.
Se levantó rápidamente y empezó a buscarlo entre su ropa, allí estaba, un poco arrugado pero estaba.
Lo agarró mientras se lo escondía rápidamente y se dirigió al baño.
Abrió la canilla, dejándola por minutos abierta.
Y se sentó en la tapa del inodoro, mientras prendía el cigarrillo. Lo miró temerosamente y tragó saliva mientras cerraba sus ojos y negaba con su cabeza
Volvió a abrirlos e hizo una soplada a este. Se ahogó nuevamente pero no le importó, volvió a intentarlo, mientras más lo intentaba le salia.
Las lágrimas empezaron a salir poco a poco, se sentía desgastada.
Piensa que nadie la quiere. Que las personas que se alejan es por su culpa, que todo es su culpa.
Solo quiere sentir un poco de amor... o de algo.
Se quedó varios minutos allí con el cigarro en las manos, no se le acababa más.
De pronto, una sombra apareció alli viéndola. Ava levantó su mirada, y se quedó quieta mientras le miraba. Ahí estaba Summer.
Ahí estaba ella.
—Ava, no...—dijo Summer acercándose an ella y sacandoselo de la mano, Ava suspiró pesadamente y se agarró de su pecho mientras una lágrima salia.
Summer no dudó y la abrazó fuertemente mientras le acariciaba su cabeza.
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