𝘌𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘖𝘭𝘢𝘴 𝘺 𝘊𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰𝘯𝘦𝘴 || Baxter Radic

𝐕

ⁿᵃʳʳᵃᵈᵒʳ ᵒᵐⁿⁱˢᶜⁱᵉⁿᵗᵉ

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Ava se alejó del vestidor, sintiéndose frustrada por la idea de que Summer intentara "arruinar" su campeonato de surf. Sin embargo, al escuchar pasos tras de ella, una sensación de inquietud la invadió. Se dio vuelta y se encontró con el chico de ojos claros, a quien había visto en varias ocasiones. Aunque él le había dicho su nombre en el pasado, Ava no podía recordarlo. La molestia que sentía por la situación con Summer se entrelazaba con la confusión que le provocaba no poder identificar al chico que ahora estaba frente ella.

—¿Estas siguiéndome?

El chico, cuya cara siempre parecía no mostrar emoción, respondió con su voz plana y casi coqueta.

—Si. Te encontré bastante atractiva, así que he estado siguiendo tus movimientos. ¿Algún problema?

Ava suspiró.

—¿Me recuerdas cómo te llamas?

El chico frunció ligeramente el ceño por un momento, molesto porque no lo recordara.

El chico se presentó nuevamente, sonriendo de manera despreocupada, y le preguntó por qué estaba molesta, observando que su descontento era evidente en su rostro. Le sugirió que debería ser más divertida, como si la frustración que la consumía fuera algo trivial. Sin embargo, para Ava, el surf significaba mucho más que un simple pasatiempo; era una pasión que también traía consigo un peso emocional. Los ataques de pánico la habían acompañado en su camino, alimentados por el miedo a perder, un temor que había experimentado en varias ocasiones previas.

A pesar de su malestar, Ava no podía evitar perderse en los ojos claros del chico, que brillaban con una mezcla de interés y coquetería. Su presencia era cautivadora y, aunque las palabras del chico le parecían superficiales, había algo en él que la intrigaba y la distraía momentáneamente de sus preocupaciones.

Ava, sintiéndose un poco avergonzada por su mal humor, se disculpó y explicó que estaba molesta con Summer.

—Ella arruinará mi oportunidad de entrar a la nacional—. confesó, la frustración evidente en su voz.

Para Ava, esa competición no era solo un sueño; era una meta que había estado persiguiendo con dedicación y esfuerzo. La posibilidad de que alguien interfiriera en su camino la llenaba de ansiedad y desasosiego. Mientras hablaba, los ojos claros del chico seguían mirándola, y aunque su preocupación por el surf la consumía, había en su mirada un atisbo de comprensión que le daba un respiro en medio de su tormenta interna.

El chico se quedó en silencio, sintiendo el peso de sus palabras. Había prometido a Summer que la ayudaría a hacer esa travesura, y ahora, al escuchar la frustración de Ava, se dio cuenta de que su lealtad estaba en conflicto. Simplemente la miró, sus ojos claros reflejando una mezcla de sorpresa y culpa. No sabía cómo responderle; las palabras se le atascaban en la garganta. En ese momento, el ambiente se tornó tenso, y Ava, aún molesta, sintió que la conexión entre ellos se complicaba. La mirada del chico, en lugar de ofrecer consuelo, la hacía cuestionar si podía confiar en él.

Ava, sintiendo la tensión en el aire, lo miró con curiosidad y preguntó:

—¿Qué te pasa?—. Su voz tenía un matiz de inquietud, como si notara que algo no estaba bien. El chico desvió la mirada por un momento, buscando las palabras adecuadas para explicarse. La expresión en su rostro se tornó seria, y aunque quería ser honesto, temía que su respuesta pudiera lastimarla más.

Finalmente, decidió que debía ser sincero.

—Le prometí a Summer que la ayudaría... pero no sabía que esto te afectaría así", admitió, su voz cargada de sinceridad. Ava se sintió aún más confundida; la revelación de su complicidad la hizo cuestionar no solo sus sentimientos hacia él, sino también su propia situación con Summer.

Ava sintió una punzada de desilusión al escuchar su respuesta, pero el tiempo no se detenía. Justo en ese momento, recordó que tenía que irse a competir. La competición era inminente y no podía permitir que sus pensamientos se descontrolaran.

—No puedo quedarme aquí discutiendo esto", dijo con determinación, aunque su voz temblaba un poco. —Tengo que irme a competir ahora.

Se dio la vuelta, tratando de no mostrar lo herida que se sentía. El surf era su prioridad, y aunque el chico había despertado en ella una mezcla de emociones, sabía que debía concentrarse en lo que realmente importaba. Mientras se alejaba, no pudo evitar sentir que algo importante se estaba desvaneciendo entre ellos, como una ola que se pierde en la orilla.

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