𝐗𝐕

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ᵖᵒᵛ ᴬᵛᵃ

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Finalmente, después de un instante que pareció eterno, sentí vibrar mi teléfono. Con el corazón latiendo rápido, lo miré y vi la notificación: ¡lo logré! Un grito de alegría salió de mis labios antes de que pudiera detenerme. La felicidad me invadió al darme cuenta de que había conseguido mi lugar en el equipo.

—¡Sí! ¡Lo hice!—grité emocionada, corriendo hacia ellos. El momento se volvió perfecto; Ari y Wren se volvieron hacia mí con sonrisas amplias, y sentí que todas mis inseguridades se desvanecían por un instante. Estábamos juntos celebrando nuestros logros, y eso era lo más importante.

—¡Soy Capitana!—dijo Wren. La mire y sonreí.

—Felicidades—le dije.

Vi a Marlon, quien no logro entrar al equipo.

Lo sabía. Incluso antes de ver su rostro, lo sabía. Algo en el ambiente cambió cuando me di cuenta de que Marlon estaba ahí, sentado a un costado, cabizbajo y con las manos tensas sobre sus rodillas.

Mi primer impulso fue ir hacia él. Había sido mi reacción natural durante mucho tiempo, incluso cuando ya no estábamos juntos. Pero me detuve. No era mi lugar.

Poppy, sin embargo, no dudó ni un segundo. Se levantó y cruzó la sala, sentándose a su lado con esa dulzura que siempre parecía desarmar a todos. Quería oír lo que decía, pero mi corazón estaba latiendo demasiado fuerte, como si no quisiera escuchar.

—Marlon...—comenzó ella, con una suavidad que me sorprendió.

Él levantó apenas la mirada y le respondió algo que no pude captar. No quise seguir mirando. Me apoyé contra la pared, tratando de calmarme. Pero ahí estaba, el viejo nudo en el estómago, ese que no sabía si era tristeza, culpa o algo más complicado.

Ari apareció a mi lado, silencioso como siempre. Me miró de reojo y luego habló, bajo y directo.—No te hagas responsable, Ava. No es tu culpa.

—Lo sé—respondí automáticamente. Pero no estaba segura de creerlo. Habíamos terminado hacía meses, pero eso no borraba los recuerdos, ni los buenos ni los malos. Ni la sensación de que, de alguna manera, yo era parte del motivo por el que Marlon ahora estaba sentado ahí, fuera del equipo, solo.

—¿Sabes qué?—Ari rompió el silencio de nuevo.—Tal vez necesitas despejarte un poco.

Lo miré, confundida, pero luego seguí su mirada hacia el marco de la puerta. Ahí estaba Baxter, apoyado casualmente con esa sonrisa despreocupada que siempre llevaba como una máscara. Lo había conocido justo después de terminar con Marlon, cuando me sentía más rota que nunca. Y aunque me sacaba de quicio con sus comentarios coquetos y su confianza excesiva, había algo en él que me hacía olvidar.

𝘌𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘖𝘭𝘢𝘴 𝘺 𝘊𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰𝘯𝘦𝘴 ||  Baxter RadicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora