𝘌𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘖𝘭𝘢𝘴 𝘺 𝘊𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰𝘯𝘦𝘴 || Baxter Radic

𝐗𝐗𝐕𝐈

ᵖᵒᵛ ᴬᵛᵃ
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Papá dejó de reírse y, al notar el ambiente más tenso, me miró con una expresión que parecía decir que había notado algo. Luego dirigió la mirada hacia Honey, quien seguía sentada en la encimera, jugueteando con una servilleta.

—Honey, ve a buscar a Ari y Wren. Diles que vengan para el almuerzo, ¿quieres? —dijo con su tono habitual, pero con un leve matiz de seriedad que solo yo parecía captar.

Honey levantó la mirada de la servilleta y me lanzó una mirada rápida, como si estuviera esperando que yo le dijera algo. No lo hice. Simplemente me quedé en silencio, apretando la tostada en mis manos. Ella asintió y saltó de la encimera con un movimiento ágil.

—Está bien, pero no esperen que Ari baje rápido. Ya saben cómo es cuando está pegado a Wren —dijo con una risita antes de salir de la cocina.

El silencio que dejó detrás de ella se sintió más pesado de lo que debería. Mamá seguía en la cocina, pero estaba concentrada en preparar algo en la olla, como si no hubiera escuchado la conversación. Papá, sin embargo, no apartaba la mirada de mí. Sabía que quería decir algo, pero estaba eligiendo sus palabras con cuidado.

—¿Todo bien, Ava? —preguntó finalmente, su tono suave pero firme.

Me forcé a sonreír, aunque sabía que no sería suficiente para convencerlo. Papá tenía esa habilidad especial para ver a través de mí, incluso cuando intentaba ocultar lo que sentía.

—Sí, estoy bien —respondí, intentando sonar más convincente esta vez.

Papá frunció ligeramente el ceño, como si no estuviera del todo seguro de si creerme o no. Caminó hasta la mesa y se apoyó en ella, cruzando los brazos mientras me miraba.

—Sabes que puedes hablar conmigo, ¿verdad? No tienes que cargar con todo sola.

Esa frase, aunque bienintencionada, me golpeó más de lo que esperaba. Quería decirle que no entendía lo complicado que se sentía todo últimamente, pero no sabía cómo ponerlo en palabras. Asentí lentamente, evitando su mirada.

—Lo sé, papá. Solo estoy un poco cansada, eso es todo.

Él no insistió, lo cual agradecí. En lugar de eso, me dio una palmada suave en el hombro antes de regresar a su lugar en la mesa.

Mamá rompió el silencio unos minutos después, sirviendo los platos con una eficiencia casi mecánica.

—Espero que Ari y Wren no tarden mucho. La comida no va a esperarlos —dijo con un tono distraído, como si la conversación anterior nunca hubiera ocurrido.

Asentí, pero mi mente seguía en otra parte. Sabía que, tarde o temprano, tendría que enfrentar lo que sentía, pero no estaba lista. Por ahora, solo quería que el almuerzo pasara rápido y poder encerrarme en mi habitación, lejos de las preguntas y las miradas que parecían ver más de lo que quería mostrar.

Mientras mi padre regresaba a la mesa y mamá seguía sirviendo los platos, el silencio volvió a instalarse. Aproveché para sacar mi celular del bolsillo y distraerme un poco. Deslicé mi dedo por la pantalla, buscando cualquier excusa para desconectar de la conversación de antes.

Justo entonces, llegó una notificación. La pantalla se iluminó con el mensaje:

"Summer: ¡Fiesta en mi casa esta noche! 🎉 Es para unir al equipo, así que están todos invitados. ¡No falten!"

Fruncí el ceño al leerlo. Por un lado, la idea de socializar después de un día tan largo me hacía sentir agotada solo de pensarlo. Pero por otro, sabía que rechazar la invitación no sería tan fácil. Summer era insistente, y todos del equipo seguramente estarían ahí. No ir podría dar la impresión equivocada... o al menos eso era lo que mi cabeza me decía.

Ari y Wren entraron en la cocina justo en ese momento, seguidos de Honey, quien llevaba una expresión satisfecha, como si se diera crédito por haber logrado sacarlos de su habitación. Ari fue directo a sentarse, sin levantar la vista de su teléfono, mientras Wren saludaba a todos con su típico entusiasmo.

—¿Qué pasó? —preguntó Wren, fijándose en mi expresión mientras dejaba su bolso en una de las sillas—. Pareces... ¿sorprendida?

Negué con la cabeza, pero no lo suficientemente rápido como para evitar que Ari también me mirara con curiosidad.

—Nada, solo que Summer acaba de invitar al equipo a una fiesta en su casa esta noche. Dice que es para "unirnos". —Hice comillas en el aire con los dedos, intentando sonar despreocupada.

Ari levantó una ceja, claramente intrigado.

—¿Una fiesta? ¿En medio de todo el entrenamiento? —Se cruzó de brazos, como si estuviera evaluando la idea.

—Sí, es raro —añadió Wren, pero en su tono había un toque de emoción, como si ya estuviera considerando qué ponerse.

—¿Vas a ir? —preguntó Ari, directo, mirándome con esa expresión que usaba cuando intentaba leerme.

Me encogí de hombros, evitando su mirada.

—No lo sé. Tal vez. ¿Tú irás?

Él dudó un momento, y luego su mirada se suavizó, como si se diera cuenta de que tal vez la pregunta iba más allá de la fiesta en sí.

—Supongo que sí. Al menos para ver qué tan seria es esta idea de "unir al equipo". —Lo dijo con un tono ligero, pero había algo más en su mirada. Quizás también sentía que necesitábamos algún tipo de conexión, incluso si era a través de una excusa como esta.

Papá, quien había estado escuchando en silencio, intervino con su típica actitud despreocupada.

—Fiesta, ¿eh? Espero que no se les ocurra quedarse hasta tarde. Mañana toca madrugar, chicos.

Todos nos reímos un poco, aunque la tensión seguía latente. Wren estaba claramente emocionada, Ari parecía neutral, y yo... bueno, yo aún no sabía si quería ir. Summer tenía esa forma de envolver a todos con su energía, pero últimamente, estar cerca de ella solo me hacía sentir más fuera de lugar.

Mientras mamá servía el último plato, miré mi celular de nuevo.

"¿Debería ir?" pensé, pero no encontré una respuesta clara.