𝘌𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘖𝘭𝘢𝘴 𝘺 𝘊𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰𝘯𝘦𝘴 ||
Ava Gibson, una joven sumamente apasionada por el surf y las olas junto su "casi algo", Marlon, que se encuentra sumamente extraño.
Pero eso cambiará, parece que un nuevo surfista roba su corazón.
Cuand...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ᵖᵒᵛᴮᵃˣᵗᵉʳ ⋆⁺₊⋆ 🌊 ⋆⁺₊⋆
Caminábamos hacia el grupo y el sonido de las olas de fondo era lo único que me calmaba un poco el corazón. Después de esa charla con Ava, me sentía distinto. Como si algo adentro mío hubiera encontrado un lugar donde pertenecer... aunque ese lugar también me doliera un poco.
La vi frenar de repente.
Volteó la cabeza, y su mirada se detuvo unos segundos en alguien del grupo. Seguí su línea de visión y ahí estaba Summer, parada con su tabla, mirando.
Solo un instante. Solo una expresión. Pero fue suficiente para notar cómo Ava apretó los labios y bajó la vista.
—No es nada —le dije bajito, casi automático, queriendo borrar esa tensión antes de que se expandiera.
Ella asintió sin decir nada. Pero yo sabía que lo sintió. Que algo dentro suyo se había removido. Porque Ava era así: intensa, sensible, despierta. Y aunque no dijera todo lo que pensaba, lo que sentía... se le notaba en los ojos.
Y entonces me golpeó la culpa. Fuerte. Sucia. Esa que ni el mar podría arrastrar.
Porque no era "nada". Sí había algo.
Esa misma tarde en que Ava y yo habíamos estado juntos en el taller, riéndonos, lijando la tabla y mirándonos como si estuviéramos empezando algo otra vez... horas después, cuando ella se fue por un momento, me quedé solo con Summer.
No sé por qué pasó. Ni siquiera lo planeé. Ella me habló de mil cosas que no tenían sentido. Dijo que yo siempre era tan bueno con todos, que nadie me veía realmente, que a veces parecía que yo quería ser querido por todos menos por mí mismo.
Y de repente... me besó.
Yo... no me alejé.
Fue rápido. Confuso. Un beso sin historia pero con culpa. Y hasta hoy, no se lo había contado a nadie. Ni a Wren. Ni a Ari. Mucho menos a Ava.
Y ahora, al ver cómo ella miraba a Summer con esa incomodidad suave, casi invisible, sentí que me ardía el pecho.
Porque lo que Ava no sabía, lo que ni siquiera imaginaba... podía herirla más que cualquier ola.
Y yo, en silencio, solo podía seguir caminando a su lado, deseando que nunca lo supiera.
Porque no había forma de justificar algo que nunca debió pasar.
⋆⁺₊⋆
No sé qué fue más difícil de soportar: si el momento exacto en que Summer me besó, o el instante en que no me alejé.
Fue un segundo. Tal vez dos.
Pero suficiente.
No hubo pasión, ni deseo, ni siquiera cariño real. Fue... soledad. La suya. La mía. Y eso fue lo más egoísta de todo: que en ese instante pensé más en mi vacío que en lo que sentía por Ava.