𝐗𝐋𝐕

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ᵖᵒᵛ ᴬᵛᵃ

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ᵖᵒᵛ ᴬᵛᵃ

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Ari me había clavado el visto. Nada más.
Ni un emoji. Ni un "jajaja". Ni siquiera un "ok". Solo ese maldito tilde azul brillando en la pantalla como si él no tuviera nada que decirme.

Y eso... dolía más de lo que estaba dispuesta a admitir.

Porque era Ari. Porque no era cualquier persona ignorando un mensaje. Era mi hermano. El que me conocía como nadie. El que me había mandado ese mensaje dulce dos noches atrás solo para que yo me sintiera mejor.

"Divertite en Byron Bay, ¿sí? Y mandame una foto si ves algo genial."

Le mandé la foto. El atardecer era precioso, el cielo parecía una pintura.
Pero él solo lo vio. Punto.

Me recosté en la ventana del auto mientras Poppy cantaba a los gritos con Summer y Bodhi. Habían puesto esa playlist vieja que siempre usábamos cuando íbamos de viaje, la de "vibes felices", como decía Summer.
Yo también me reí. Fingí. Hice como que todo estaba bien.
Como si mi cabeza no estuviera gritando.

Y cuando el auto dobló por la calle de mi casa, me senté más derecha.

Miré hacia la ventana del living desde lejos. Estaba apagada. Por un segundo me pregunté si Summer seguiría ahí. Si Ari saldría a recibirme o si el silencio iba a ser la única bienvenida.

—Nos vemos —dije cuando el auto se detuvo.

Poppy me guiñó un ojo.
—Después me contás si hablaste con él, ¿dale?

Asentí con una sonrisa que no me salió bien. Cerré la puerta y me puse la campera. El aire ya estaba más fresco. Caminé despacio hacia el porche. A cada paso, algo en el pecho se me iba cerrando un poco más.

Y fue ahí.

Ahí lo vi.

Parado a unos metros de mi casa, justo al lado del árbol de magnolias, medio cubierto por la sombra de las ramas.
Capucha puesta. Manos en los bolsillos.

Baxter.

Me detuve. Como si los pies se me hubieran pegado al suelo.

No estaba en la puerta. No venía a tocar el timbre. Solo miraba la casa, como si buscara algo. O alguien.

Y no me había visto.

Todavía.

Mi corazón empezó a latir rápido. Todo se mezcló de golpe: el silencio de Ari, la risa falsa en el auto, el peso de lo que Summer no decía, las dudas, los recuerdos. Todo. Como si mi cabeza fuera un nudo imposible de desatar.

Y entonces, él levantó la vista.

Y me vio.

Cuando nuestros ojos se cruzaron, sentí que el mundo se detenía.

𝘌𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘖𝘭𝘢𝘴 𝘺 𝘊𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰𝘯𝘦𝘴 ||  Baxter RadicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora