Extra 13

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Rebeldía de Kei.

Era el primer mes que Kei asistía a su universidad, esta vez no estaba junto a su amigo de la infancia Riku ya que él decidió tomar otra carrera diferente. Batalló para encontrar amigos ya que nadie parecía agradarle hasta que encontró a un grupo algo diferente a él.

Al estar juntándose con ellos, empezó a cambiar de comportamiento, su rendimiento académico estaba bajando, la relación con Tsubomi ya no era la misma, muchas de las veces la dejaba plantada porque se iba con sus amigos.

Claro, Tsubomi no le decía nada y dejaba que hiciera lo que quisiera, después de todo sabía que regresaría pidiéndole perdón, además de que sabía que se comportaba así por la mala influencia de sus amistades. Por más que lo hacía entender, la ignoraba, eso no se lo llegó a contar a su papá Bakugou porque si no, iría a reclamarle, ya estaba muy grande para poder manejar su relación con Kei.

Denki era quien recibía las quejas, ya que Eijiro trabajaba mayormente; de las veces que limpiaba su habitación le encontraba cigarros y algunas botellas de vino, cosa que nunca había echo.

Un día, Eijiro tuvo que salir de la cuidad para ir con sus padres ya que lo necesitaban por algunos problemas, en esos días en que no estuvo en casa, Kei aprovechaba para salir de fiestas y regresaba a altas horas de la madrugada totalmente ebrio.

—¿Otra vez Kei?—estaba Denki delante de él con la mirada molesta. —Es la tercera vez de la semana que llegas así.

—Déjame vivir mi juventud—se tambaleó pero se recargó en la pared.

—No te digo que no—se tocó la sien—pero, estás exagerando mucho.

—Solo disfruto de la vida—pasó a su lado ayudándose con la pared.

Denki lo dejó ir, pero realmente se preocupaba por su cambio tan repentino, no le gustaba para nada esas amistades que tenía.

—Dios, ¿realmente era así yo?—pues había recordado años atrás cuando llegaba en el mismo estado que Kei. —Ahora entiendo a mi papá.

Los días siguieron pasando, pero por más que Eijiro hablaba con él, no le hacía caso. Kei supo al instante que Denki le había contado todo porque hasta la fecha su papá no sabía acerca de su conducta, mientras estaba siendo sermoneado por Eijiro, Denki entro a la habitación y Kei lo miró molesto.

—¿Tenías que contarle todo a mi papá?

—Tuve que hacerlo.

—Eres un metiche—apretó los puños.

—Kei, no le hables así a Denki—su tono de voz se volvió más molesto.

—¡Se mete donde no le importa!—se puso de pie para colocarse enfrente de Denki y lo miró hacia abajo, ya que Kei lo había rebasado por mucho. —Y ni siquiera es mi mamá.

—Kei, basta—dijo Eijiro más molesto. —Denki siempre estuvo para ti.

—No se lo pedí.

Denki sintió una punzada en su corazón, jamás creyó escuchar esas palabras salir de la boca de Kei, ¿dónde estaba su pequeño? Ya no conocía a ese Kei que estaba delante de él.

—Sé que no soy tu mamá—habló Denki con un nudo en la garganta—pero te quiero como si fueras mi hijo.

—No seas mentiroso. Tú prefieres más a mis hermanas porque ellas sí son tus hijas y yo, solo me aceptaste porque yo ya estaba cuando conociste a mi papá. ¡Me quisiste por lástima porque mi verdadera mamá me abandonó!

—Eso no es cierto Kei... Yo te amo-...

—¡No necesito tu compasión, no necesito tus sobras de amor! ¡Deja de meterte en mi vida! ¡No tienes derecho! ¡No eres mi mamá-...

Ya no terminó de decir la frase porque Denki lo había abofeteado, no soporto seguir escuchando esas palabras que lo lastimaban tanto, claro que lo quería. Cuando se dio cuenta de que lo golpeó, su corazón no lo aguantó y salió de la habitación llorando.

Kei se quedó parado con una mano en su mejilla, no esperó que Denki le pusiera una mano encima; jamás en su vida lo había golpeado, siempre era tan amoroso con él. Eijiro quiso ir detrás de él, pero se giró a su hijo.

—Me decepcionas Kei... Realmente no sé qué pasó con mi hijo, este no eres tú. Heriste los sentimientos de Denki, él que te quiere tanto...

Después de decir aquellas palabras salió de la habitación para ir detrás de Denki, sabía que lo necesitaba en ese mismo instante, mientras tanto, Kei se quedó allí parado apretando sus puños, se sentía tan frustrado y se dejó caer al suelo para empezar a llorar.

Mi Nueva Mamá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora