5 años después, en otro lado de esa misma ciudad, un omega rubio de 23 años, teniendo un mechón negro en forma de rayo se encontraba de fiesta, bebía a más no poder y siempre llegaba a su casa ebrio.
Su padre se encontraba harto de esa actitud, a pesar de su edad seguía comportándose inmaduramente; le daba cargos en su oficina como su sucesor, pero, al final su hijo terminaba evadiendo esas responsabilidades.
Nunca se tomaba en serio su papel como el siguiente dueño de esa empresa, solo iba a jugar y terminaba yéndose más temprano para salir a fiestas.
Tenía a sus amigos con los que salía; Shinsou un beta y Monoma un omega. Cada día gastaba casi $10000 en bebidas, su padre estaba cansado, solo gastaba el dinero en basura.
Su límite se estaba terminando con cada día que pasaba, a pesar de que lo regañaba no lo hacía caso y siempre mantenía su presión alta; por enfadarse y por preocuparse.
Eran pasadas de las 3 am, su padre se encontraba sentado en un sillón esperando a su querido hijo se le diera la gana de llegar. 30 minutos más y escuchaba como la puerta se abría, a pesar de que estaba a obscuras pudo notar la silueta de su hijo.
Prendió la lámpara que tenía a su lado, cruzó los brazos mientras lo miraba molesto. Su hijo llevaba su corbata amarrada sobre su cabeza.
—¿Donde estabas?—dijo serio aún mirándolo con cara de pocos amigos.
—Relájate padre—no se escuchaba ebrio, pero era obvio que había bebido—solo estaba disfrutando de mi juventud.
—Te recuerdo que eres mi hijo y por lo tanto serás el nuevo dueño de mi empresa. Tienes una responsabilidad enorme, deberías ponerte al margen.
—Relájate. Cuando ese día llegue ya estaré listo—dijo sin mucha importancia.
—Lo dudo. Tus actitudes demuestran todo lo contrario.
Kaminari ya no dijo nada y empezó a caminar en dirección hacia las escaleras, su padre se molestó por la falta de atención de parte de su hijo; sabía que siempre sucedía lo mismo.
—Recuerda que en 3 días tenemos una reunión importante. No vayas a faltar.
—Bien—respondió subiendo las escaleras.
Con aquella respuesta su padre no estaba muy convencido, era muy importante que asistiera ya que ese día lo nombraría como el nuevo dueño.
Un día antes le recordó sobre su reunión, Kaminari solo asentía sin tomarle importancia, aseguraba que no se le olvidaría. Justo en ese instante recibió una llamada de uno de sus amigos.
Respondió y se fue para la noche; su padre no pudo dormir esperando que su hijo llegara. Por la mañana no llego y le dejo miles de mensajes al igual que llamadas.
Se alistó y se fue hacia la oficina, iba de mal humor por la culpa de su único hijo. Todos al verlo decidieron no dirigirle tanto la palabra.
Revisó de nuevo se celular esperando respuesta por parte de Denki, pero nada. La reunión estaba a punto de comenzar y el rubio no aparecía.
Mandó a pedir una taza de café súper cargado, necesitaba calmar esas ansias que sentía.
La hora de la reunión llegó y tenía una esperanza de que su hijo llegara tarde. El tiempo siguió pasando al punto en que ya estaba por terminar y Denki no apareció.
De mal humor salió de su empresa dirigiéndose a su casa; tuvo que cancelar sus citas de ese día para hablar seriamente con su único hijo.
Llegó y su esposa notó lo cuán molesto estaba, trato de acercarse para saber el motivo.
—¿Qué sucede, cariño?
—¿Donde está Denki?—preguntó molesto y serio.
—¿No fue a la empresa? Llegó en la mañana y dijo que se alistaría para ir...—dijo temerosa, nunca había visto a su esposo tan molesto.
Sin más que decir, el señor Kaminari empezó a subir la escaleras para llegar a la habitación de su hijo. La puerta estaba semi abierta por lo cual entró, notó a su hijo acostado en la cama con la corbata floja y algunos botones abiertos.
–¡TE ME LEVANTAS INMEDIATAMENTE!—jaló la sábana con la que Denki estaba acostado, provocando que esté abriera los ojos.
—¿Qué pasa?—dijo algo atónito mientras se frotaba los ojos.
—Llegue a mi límite. Te me vas de la casa pero ya—le tronó los dedos y su madre entró a la habitación logrando escuchar la orden que el alfa dio.
—Cariño, no puedes correr a nuestro hijo—tocó su brazo, pero este lo movió bruscamente.
—¿Qué? No estarás hablando enserio padre, yo... Si iba a ir a la reunión pero, no sé que me pasó...—se tocó la cabeza, le dolía.
—No me importa. Te irás de esta casa sin mi dinero, empezarás a trabajar por tu cuenta para que aprendas esta lección.
—Padre no...
—Cariño, dale una oportunidad—insistió la rubia.
—Es mi decisión. Tus tarjetas quedan canceladas, lo único en lo que te ayudaré es en conseguir un cuarto que pagaré solo el primer mes, después te encargarás tú.
–Dame una oportunidad más padre—se puso de pie y se arrodilló.
—Te di muchas oportunidades Denki, nunca las aprovechaste, así que ahora haste cargo de las consecuencias.
—Soy tu único hijo, no puedes hacerme esto—apretó la tela de su pantalón.
—Porque eres mi hijo, por eso mismo hago esto. Aprenderás de tus propios errores, el día en que hayas aprendido, eres bienvenido de nuevo. Así que por lo pronto, empaca tus cosas. Queda prohíbo llevarse cosas de valor, revisaré tu maleta antes de que te marches.
—Por favor padre, prometo ya portarme bien.
En ese momento recibió una llamada atendiéndola inmediatamente y ambos rubios miraban atentos.
—Bueno...—pausó unos segundos esperando que la persona en el otro lado de línea respondiera—Oh, ¿de verdad? Mándame la ubicación por favor. Gracias—colgó la llamada y miró a su hijo. —Justamente acaban de conseguir tu cuarto, así que apresúrate—dijo y Denki soltó de donde se estaba sujetando.
Su padre salió de la habitación y detrás de él su madre que intentaba convencerlo de no hacer esa locura.
Pero el señor Kaminari estaba decidido, le dolió aquella decisión pero era lo correcto para que su hijo aprendiera que la vida no era justa. Necesitaba que madurara, para así convertirse en alguien digno para la empresa.
Antes de llegar a su casa, le ordenó a su secretaria que buscara un cuarto que no cobrará demasiado, así Denki no tendría problema en pagarlo. Lo más probable sería que las condiciones de la casa eran horribles, algo a lo que su hijo no estaba acostumbrado.
Pero era algo que debería afrontar.
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Mi Nueva Mamá
FanfictionKirishima un alfa que cuida a su cachorro de 6 años, decide contratar un niñero ya que por su trabajo le es imposible cuidarlo siempre. El pequeño se encariña mucho con él que quiere que sea su nueva mamá y no se va a rendir hasta conseguirlo.