Mi Nueva Mamá

15

Había pasado ya un mes y todo había estado de maravilla, Kei solía llamar a Denki "mamá" cuando estaban solos, ya que pensaba que su papá se molestaría, así que evitó eso.

Denki pudo encontrar que hacer en su tiempo libre; salir a pasear con su amiga o hacer ejercicios. Ya por la tarde estaba todo el tiempo con Kei; ayudándolo a hacer sus tareas o jugaban un rato. Kirishima por alguna razón llegaba más temprano a su casa y así cenaban juntos.

Cuando llegaba tarde, notaba que Kei siempre se quedaba dormido en la habitación de Denki, aquello le parecía tierno ya que ni con él solía dormirse. Estaba tan feliz de que se sintiera seguro con el rubio, suponía que era porque era omega.

Ese día se encontraba sentado en su oficina hasta que alguien entró, escuchó como la puerta se abrió de golpe dejando ver a su amigo rubio.

—Creo que Izuku esta embarazado—parecía más preocupado que feliz.

—¿Ah si? Debió de ser una sorpresa—dijo sarcástico. —Bro, cogen como conejos, es obvio que algún día quedaría embarazado, además, ¿no te alegra saberlo?

—Cállate—dijo avergonzado ante su comentario—O sea si—camino hacia él y se sentó en la silla de enfrente—pero pienso en mi princesa, siento que se molestará o estará triste.

—Bueno, eso es algo normal, ¿no?

—Sí, pero no se que hacer. Izuku no está seguro, dice que posiblemente. Hoy se irá a hacer la prueba.

—Relájate bro, si esta esperando entonces le hará bien a Tsubomi tener un hermanito o hermanita.

—Tal vez tengas razón—suspiró aliviado.

Mientras tanto, en otro lado de esa misma cuidad, se encontraba el señor Kaminari sentado en su oficina; decidió tomar su teléfono y marcarle al guardaespaldas encargado de vigilar a su hijo.

—Hola—dijo cuando escuchó que atendieron a la llamada—necesito que te presentes ahorita mismo—ordenó y colgó.

Unos minutos tardes aquel guardaespaldas ya se encontraba en su oficina sentado.

—Dime novedades de mi hijo—entrelazó sus dedos mientras se apoyaba con el codo en su escritorio.

—Dejó de trabajar en la biblioteca y también, ya no renta en la casa que le ayudó a alquilar.

—¿Qué?—preguntó confundido. —Explica eso.

—Ahora trabaja para Eijiro Kirishima—sacó una carpeta de su traje, para después entregarle una hoja donde venían los datos del nombrado.

—Eijiro Kirishima—se tocaba el mentón mientras visualizaba—alfa soltero con un hijo—se recostó en su silla mientras seguía observando la hoja—¿has notado que mi hijo tenga ciertas actitudes con él? Ya sabes, que se besen o se tomen de las manos.

—No señor, solo es el niñero. Aunque, el pequeño es quien más demuestra cariño hacia él.

—Entiendo—se reincorporó y dejó la hoja sobre su escritorio—este niño, ya se para donde va esto—suspiró estresado—sí notas algo extraño, házmelo saber. Y en cuanto a la ex pareja del alfa, quiero que la investigues—ordenó serio.

—Con gusto señor—se puso de pie acomodándose el saco de su traje.

Notó como su guardaespaldas se marchó, entonces dio un suspiro largo, no podía creer de lo que era capaz su propio hijo para salir de su situación, de nuevo tomó la hoja para mirar la fotografía del alfa.

—Eijiro Kirishima—repitió—creo que no he tenido inversiones con él—pensó por unos segundos—tal vez sea hora de que me conozca—dijo mientras no despegaba la vista de la fotografía.

Para la noche, Denki se encontraba tratando de enseñarle a bailar a Kei, ya que en 1 semana más tendría un evento donde bailaría con una de sus compañeras y no sabía cómo hacerlo.

—Es muy difícil mamá—dijo algo triste—ya te pise los pies muchas veces.

—Tranquilo, es cuestión de práctica—lo tomaba de las manos mientras seguían en la posición de baile. —Vuelve a intentarlo, trata de seguir mis pasos.

—Es que estás alto y no puedo seguirte el ritmo.

—Vamos, inténtalo de nuevo—lo alentó.

El pequeño colocó ambas manos en su cintura, mientras que Denki las mantenía sobre sus hombros ya que estaba más bajito por su edad. Pero de nuevo, Kei lo volvió a pisar y lo soltó.

—No puedo—se fue a sentar al sillón—mejor no voy, no quiero pisarle los pies a mi compañera.

Denki lo siguió y se sentó a su lado. —Es cuestión de práctica Kei, yo tampoco se bailar mucho, de hecho lo que te estoy enseñando es porque lo veo en las películas de amor.

—¿Entonces así se aprende?—levantó la vista para mirarlo.

—Bueno, yo soy de las personas que aprende más rápido cuando observo, cada quien tiene su manera de aprender—alzó su mano para revolver el cabello del pequeño.

De pronto, escucharon como la puerta principal se abría y segundos después Kirishima estaba enfrente de ellos.

—Llegué—se venía aflojando la corbata.

Kei sonrió porque se le ocurrió una idea, era una oportunidad que no dejaría pasar.

—Papá, ¿tú sabes bailar?—movía sus pies en el aire.

—Sí, bueno, depende de que tipo de música—dejó la corbata y el saco sobre uno de los sillones.

—En una semana habrá un evento donde tendré que bailar con una de mis compañeras, ma-Denki—se corrigió al instante—me estaba enseñando, pero le piso mucho los pies y me siento mal.

—Entiendo, ¿y en que quieres que te ayude?—se cruzó de brazos, conocía a su hijo y sabía de su plan en mente.

—Podrías bailar con Denki y mostrarme—sonrió de oreja a oreja, pero el rubio se ruborizó al escuchar su propuesta.

—Kei, que te dije sobre—fue interrumpido.

—Denki si acepta, ¿verdad?—lo miró haciendo pucheros y poniendo ojos de cachorrito regañado por lo cual, el rubio no tuvo opción más que asentir.

—¿Seguro? No quiero que te sientas presionado por mi hijo—seguía de brazos cruzados.

—No si—se puso de pie—es para enseñarle a Kei, no tengo problema con e-eso... —estaba sonrojado un poco que le era difícil mirarlo directamente a los ojos.

—Bien—se acercó a Denki  e indeciso intentó tocar su cadera, pero tomó valor y finalmente posicionó su mano—si te sientes incómodo no dudes en decírmelo.

—N-no... —sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo cuando su mano lo tocó, lentamente subió sus brazos para enredarlos sobre su cuello.

Ninguno era capaz de mirarse, sus rostros eran de un color rojo, hacían todo tan lento que hasta le dio tiempo a Kei para ir por la cámara. Empezó a sacarles fotografías sin que ellos lo notaran.

Ambos sentían sus corazones latir a gran velocidad, Denki liberaba algunas feromonas que eran bien recibidas por Kirishima, cerró sus ojos para mantener los pensamientos impuros lejos de su mente.

—¿Por qué no bailan?—preguntó Kei y eso los hizo sacar del trance.

—Ah, s-si... —respondió Denki nervioso—ponle play a la m-música.

Kei se acercó al teléfono de Denki ya que ahí tenían la melodía que estaban bailando antes de su papá llegara. Le dio play y empezó a sonar, ambos se movían lentamente ya que esa canción se bailaba así.

El pequeño observó muy alegre, su travesura había salido a la perfección; se acercó al saco de su papá y agarró su teléfono, la ventaja de saber su contraseña, pues así pudo grabarlos, parecían robots ya que estaban bien tiesos, pero después agarraron el ritmo.

Kei no pudo evitar reír ante lo que que presenciaba, ahora quien pisaba los pies era Denki y su tono rojizo de su mejilla aumentaba. Kirishima se disculpaba sin ser él el causante, pero de lo nervioso que estaba ya ni sabía que decir o hacer.