Perversión

Red

MILA

El dolor en mi rostro es lo primero que siento, como un latigazo que arranca mi consciencia del abismo oscuro en el que caí cuando me noquearon a mitad de la carretera. Mi cuerpo se tensa, el ruido ensordecedor de mi propia respiración llena mis oídos. La cachetada fue tan fuerte que me hizo ver estrellas por leves segundos, como si todo mi ser hubiera sido sacudido con un solo golpe. El sabor metálico de la sangre me invade la boca, y por un momento no sé si estoy despierta o sigo atrapada en una pesadilla.

—Al fin despiertas pequeña zorra.

El frío de la habitación se cuela bajo mi piel, pero el calor de la bofetada persiste, quemando más allá de la piel. Abro los ojos, parpadeo contra la luz tenue, y ahí, frente a mí, la figura oscura que me arrastró hasta aquí, esperando que yo recupere la cordura lo suficientemente rápido.

Mi vista se aclara mejor y puedo ver a la respondable de esto. no la reconozco, es la primera vez que veo a esta mujer. ¿acaso esto es un ajuste de cuentas por culpa de Alessandro?.

—Pobrecita, traiganle agua muchachos.

Alguien se pone delante de mi y en segundos el agua cae sobre mi cara casi ahogandome. Me despierto por completo y comienzo a toser sin parar. se burla y suspira con añoranza como si hubiese anhelado hacerlo desde hace tiempos.

—Increible. Enserio esto es increible. —toma mi cara con rudeza. Sus ojos cafes me escudriñan y el gesto de repugnancia en sus ojos al verme no lo oculta. —Ni siquiera vales la pena como mujer, escualida, apenas tienes senos, supongo que este lindo rostro fue el culpable de todo.

Con la poca fuerza que tengo le escupo la cara. me suelta el rostro de sus garras para despues voltearme el rostro de una cachetada peor que la anterior, la mejilla me arde y palpita como si estuviera viva.

Le quita el arma a uno de los hombres y me dispara en el hombro haciendome gritar de dolor. Un dolor agudo me recorre hasta el alma. Rechino mis dientes mientras mis lagrimas se desbordan con rabia.

—Los valientes son los primeros en morir niñita estupida. —me apunta con el arma en el cien de mi frente —Te crees mucho solo por ser su esposa verdad. Pero con esta bala... —las lagrimas salen con mas fuerza cuando introduce la boca del arma en mi herida causandome mas dolor que me causa hasta escalofrios y me hace sudar. —Recordarás que no vales nada y que puedo matarte cuando se me de la gana.

Me deja en paz cuando se aleja de mi. Mi respiracion es pesada y dificultosa. El sudor me cubre la frente y resbala por mi cara hasta mi cuello. Es una mujer casi de la edad de mi hermana, ¿enserio Alessandro fue capaz de meterse con una vieja como esta?

—Señora, su hija quiere entrar.

—Que no sea estupida. Que se quede afuera si no quiere verme mas furiosa de lo que ya estoy.

El tipo se aleja y lo escucho alejarse con los gritos de otra mujer que se me hizo familiar. La mujer vuelve a verme. Pregunta si todo esta preparado y el hombre confirma que si.

—Cuando llegue. Los matan a ambos.

Suelto una risotada por la estupidez que acaba de decir. Ella me mira con mas furia y confusion al mismo tiempo pero es inevitable para mi no carcajearme en su cara.

—¿Qué es tan gracioso niña?

—Creer que el vendrá para salvarme. —suspiro con decepcion. —¿Acaso no lo sabes?. Hace mucho tiempo que vivo bajo el mismo techo que ese hombre pero no por mi propia voluntad.

Obtengo su atencion.

—¿De que diablos hablas? —ladea una sonrisa —Todos sabemos que eres la esposa del unico D'Angelo con vida porque aun no le das un hijo.

—¿Me crees tan estupida como darle hijos a ese miserable que me ha denigrado y violado?.—su confusion crece. —Me vendieron con su familia por ser un estorbo pero él mató a su hermano y me convirtió en su juguete.

Suelta leves carcajadas.

—¿Me crees estupida mocosa? —me golpea con la cacha de su arma en la cara aturdiendome —Sé muy bien que eres la hermana de esa perra de Beatriz y por ende la cuñada del bastardo de Damián. —su sonrisa es torcida cuando la veo a la cara. —Y como eres igual a tu hermana, buscaste un gran partido para que la familia sea mas podera ¿verdad?

"Pero que diablos esta diciendo esta loca"

—Jamas permitiré que la familia de esa mujerzuela crezca mas y que mejor exterminando a las cucarachas reproductoras empezando por mami querida. —Finge sorpresa al ver mi cara —Uy,... perdón. ¿acaso no sabes que tu linda mami fue asesinada por un extraño que quiso asaltarla?

Mis ojos se abren por completo. El aire me pesa en los pulmones, y antes de que lo entendiera por completo, la palabra 'asesinato' se repitió en mi cabeza, como un eco distante que no lograba encajar. Mi corazón dejó de latir por un segundo. La información entró en mi mente de manera tortuosa, como si un muro invisible se hubiera derrumbado dentro de mí. Mi madre. Mi madre... muerta., Me caí de nuevo al abismo de la desesperación, el odio, el dolor... pero en mi interior también había algo más, algo que ya no podía contener. La ira. ¿Cómo había podido? ¿Por qué? la que me había visto tan vulnerable, había arrasado con la última parte de mi alma. Y el abismo ya no parecía tan oscuro, porque algo dentro de mí empezaba a brillar con la necesidad de venganza."

Se rie de mi dolor, lo disfruta, lo goza con placer. Me toma de las mejillas con rudeza mientras sigo en mi shock por la noticia.

—Primero fue ella, ahora tú, luego esa estupida llamada cristal y para el final, el show principal Beatriz Phoenix.

Mi cuerpo reacciona antes de que mi mente lo hiciera al encajar mis dientes en su nariz, grita, grita como una rata desesperada cuando cae en una trampa, pide por ayuda pero antes de que lleguen logro arrancarle la carne y ella se me escapa.

La sangre baña su rostro. sus manos tiemblan cuando las aleja de su nariz, sus ojos casi se salen de sus cuencas al ver lo que hice.

—¡¡Señora, son muchos debemos huir!!.

—¡¡No sin antes de matar a esta maldita!!...

—No hay tiempo... —los disparos se oyen con fuerza desde donde nos encontrabamos. Retumban en cada rincon de este lugar. Mis ojos la miran fijamente anhelando una cosa. Matarla. —¡¡Señora Vanessa!!.

—Maldita mocosa...

—¡Te voy a matar! —grito al ver que se aleja —¡Juro que te voy a matar!.

Ella se libera del agarre del tipo. Venia con una enorme cuchilla que le quito a su hombre, se me viene encima pero desconcertada veo una sombra delante de mi. No, no es una sombra.

Ladea su cabeza. Le quita el arma y luego la golpea con el puño cerrado derribandola. Se levanta aturdida y sonrie como si hubiese sido algo fascinante lo que acaba de pasar.

—Crei que los italianos tenian respeto por las mujeres.

—A la unica mujer que jamas tocaria, es a mi esposa. tú eres solo un simple parasito que debo eliminar.

—¿Enserio le daras respeto a alguien que acaba de llamarte su violador minutos atrás?

Fuimos rodeados en segundos. Ezequiel me libera enseguida y me sonrie al verme.

—Mi relacion con mi esposa no es algo que voy a discutir con mi enemigo. Matenlos.

—Si me matas ahora. —ella saca algo de la bolsa de su abrigo —Moriremos todos. Este lugar esta lleno de explosivos. —mira a su alrededor. —Si muero. Ustedes morirán conmigo. —sus ojos me miran a mi — Esa mirada... si... conozco esa mirada, la misma que tenia Damián cuando obtuvo su trofeo. —su sonrisa es maquiavelica —Como todo macho alfa te sientes orgulloso de ser el unico en follarla verdad —retrocede alejandose —Pero dejame decepcionarte, macho. El tiempo que te demoraste en encontrarla, fue el tiempo suficiente para mis muchachos se divirtieran con ella.

El aire se detiene en mi pecho, como si toda la vida se hubiera congelado por un segundo. Las palabras de esa mujer me golpean con la fuerza de un martillo, sin que pueda evitarlo. 'Dejé que lo hicieran'. No entiendo. No puedo procesarlo. Mi mente se niega a aceptarlo, como si pudiera deshacerlo, como si pudiera desmoronar esas palabras que siguen retumbando en mi cabeza. ¿Cuándo? ¿Cómo? Lo intento recordar, pero solo hay vacío.