Capitulo 23 "Inexpresiva"

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Estaba dudando tanto en publicar este capítulo por lo sucedido con Jay, ahora ella es un ángel más, recuerden que todo aquí es ficción.

Bueno, he vuelto, soy Leslie, he dejado una obra aparte tratando de explicar que sucedió conmigo, vayan a leer dicho apartado para enterarse al respecto.

Saliendo del campus, yendo hacia el banco. 13:15. Suficiente dinero no podría tapar el vacío.

Louis: (Con el móvil sostenido entre su oreja y hombro, llamando a su madre) Contesta.

Jay: ¿Hola?

Louis: Jay. (Suspira) No hagas cómo que no viste el identificador de llamadas. Sabes quien soy.

Jay: No lo ví, estaba a mitad de una siesta.

Louis: Claro.

Jay: (Voz cansada) ¿Y? ¿Qué necesitas?

Louis: Dinero. (Sarcástico) Lamento intetrumpir tu estupenda y plácida siesta para decirte que me quedan apenas veinte euros.

Jay: (Sorprendida) ¿Tan poco? Louis, la ultima vez te mande treinta mil libras. No puedo creer que ya te los hayas terminado.

Louis: Hace dos meses. (Rueda los ojos) Además tú dijiste que me mandarías el dinero que necesitara.

Jay: Sí, pero no creí que necesites tanto. No te excedas. (Alterada) ¿En qué demonios los estas gastando? No creo que tu mediocre carrera se lo lleve todo.

Louis: Gracias por la crítica que no era necesaria. (A la defensiva) Amo mi carrera y lo sabes. No, no se lleva todo el dinero, me lo he estado gastando en cosas.

Jay: (Ligeramente molesta) ¿Cómo en qué? ¿Drogas?

Louis: (Suelta risa irónica) No soy tú. Las drogas no son de mi agrado. (Sincero) La mayoría de la plata me la he gastado en bares. Ya sabes, me encanta beber.

Jay: Descarado. (Aclara su garganta) Igual a tu padre. Ese imbécil se consumía en su maldito alcohol hasta que murió por ello.

Louis: (Resopla) Esa historia ya no me conmueve. La repites en cada llamada.

Jay: En cada llamada de dos meses, no tienes ni la decencia de venir a visitarme.

Louis: ¿Y por qué debería hacerlo? No creo que me tomes por bienvenido, lo que más deseabas era tenerme fuera de ahí.

Jay: Nunca te quise fuera de aquí.

Louis: No me sigas mintiendo, por favor. Siempre fui el excluido para ti, la basura, el desecho. Sólo te interesaban mis medias hermanas. (Tensa la mandíbula)

Jay: (Seca, cortante) Nunca me emociono la idea de tener un varón.

Louis: (Incrédulo) Fantástico, esto es tan mundo paralelo. Si no me querías me hubieras mandado a con mi abuelo.

Jay: Él ya esta muerto.

Louis: ¡Él me quería!

Jay: No Louis, no lo hacía. Era un viejo hipócrita. Creyó que si te quería a ti se ganaría el afecto de tu padre. (Chasquea la lengua) Lastima que no le salió su plan.

Louis: (Vulnerable, dolido) No te creo. Mi abuelo era una gran persona, siempre estuvo al pendiente de mi.

Jay: Si era así ¿Por qué nunca paso a visitarte cuando te internaron por tu bulimia? Estuviste tres meses en tratamiento y él nunca fue. (Seria, en tono alto) Abre los ojos, después de tus quince años ya no le importaste porque tu padre murió exactamente cuando vomitaste sangre.

Louis: (Negándose, tratando de que no se haga un nudo en su garganta) Estuvo ocupado, me llamó, lo dijo.

Jay: Lo hizo por compromiso.

Louis: Deja de mentir. Ya basta.

Jay: ¡Es que no te estoy mintiendo! ¿Por qué mentiría?

Louis: Porque quieres hacerme sentir mal, pero dejame decirte que no podrás. Estoy tan roto por tu culpa que ya nada me afecta. (Tono quebrado) Yo sigo confiando en mi abuelo después de su muerte, te guste o no.

Jay: Patético. Realmente patético. Y el que estés roto por mi culpa tampoco me afecta, no pretendía ser mala madre, tú me orillabas a eso. (Entre-dientes) Siempre tan desobediente, siempre dejandome en ridículo. Te trataba de dar la educación correcta ¿Y qué gane? Un hijo irresponsable y manejable ante la sociedad, te importo tanto lo que ellos dijeran de ti. Lo que yo dijera de ti. Nunca supiste afrontar nada, cobarde y sin obligación. Me tiraste la culpa de haberme metido con tu peso y a cambio lo que quedaba de mi matrimonio se derrumbo. Tu padre viajo desde quien sabe donde hasta acá, para venir casi golpeándome. Por tu culpa, Louis. Porque no pudiste quedarte callado y tuviste que llamarle diciendo que no te dejaba comer por las tardes. Mentiroso. Tú eras el que no querías comer y lo poco que te metías por la boca lo escupias por el váter. Y no era mi culpa, era tuya.

Louis: (Impotente, con las lágrimas retenidas en sus ojos) ¿Que era mi culpa? No, no trates de culparme con eso ¿Quién era la que decía que le avergonzaba tener un hijo gordo? ¿Quién le obligaba a su hijo a verse al espejo diciendo que le daba asco? ¿Quién ponía a su hijo a hacer ejercicio por mas de cuatro horas? ¡Tú fuiste! (Solloza lastimero) Y todavía te dignas a decir que fue mi culpa, no tienes perdón de nadie y de nada. Eres la peor madre y juro que si volviera a nacer trataría de cambiar un poco lo que me has hecho.

Jay: (Sin expresión) ¿Ya terminaste? No vengas con charla sentimental, no me convences. Te he dado todo lo que quieres, mal agradecido.

Louis: El dinero no compra el vacío que tengo debido a ti. Entiendelo. Sí, pudiste darme todo ¡Pero yo quería amor! (Llorando sin darse cuenta) Yo quería tu amor.

Jay: Lamento mucho que no pudiera dartelo. Simplemente, no me nacía.

Louis: Lo sé. Sólo te amas a ti misma y a tu fortuna. Lo tengo claro desde hace mucho.

Jay: (Ríe descarada) Vaya, me alegro que lo tengas claro. Ahora ya, dejemos toda esta charla de reclamos y dime cuanto necesitas. Tengo que irme en veinte minutos y me estas haciendo perder mi tiempo.

Louis: Cincuenta mil.

Jay: Eso es demasiado, no puedo dartelo. El banco no sacaría tanto dinero, los treinta mil tuvieron que entregartelos por partes ¿Recuerdas?

Louis: (Pasa saliva, aumenta su voz para sonar convincente) No me importa si tardan un mes, yo necesito esos cincuenta mil. Así ya no tendría por qué llamarte cada dos meses. Piensalo, nos ahorrariamos esta mierda de platica.

Jay: Demasiado tentador. (Pausa corta) Esta bien.

Louis: ¿En serio?

Jay: Sí, te los mando enseguida ¿Ya vas hacia el banco?

Louis: Estoy en camino. (Alza su brazo para detener un taxi)

Jay: Bueno, entonces tendrás una parte hoy. Adiós. (Cuelga)

Louis: Pero...(Frunce el ceño cuando nota sus mejillas mojadas, las limpia con la manga de su campera) ya no importa...

Hopeless Case »Larry Stylinson«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora