Dos semanas después de la boda, Patrick y yo nos fuimos de luna de miel a París, la ciudad de las luces y el amor. Pasamos una semana allí, en la que descubrí que Patrick hablando en francés era la cosa más sexy del mundo. Daba igual lo que dijese, podía estar preguntándole la hora a un transeúnte, que yo sentía unas ganas terribles de arrancarle la ropa ahí mismo. Desde entonces, siempre me habla en francés cuando estamos en la cama.
Visitamos muchos sitios: la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, el Louvre... La verdad es que Francia es un país precioso y estoy deseando volver.
También pasamos otra semana en España, ya que desde que hace un año o dos que mis padres fueron allí y me enviaron una postal, me quedé enamorada de Madrid. Y allí descubrí que Patrick hablando español era la cosa más adorable del mundo. Excepto cuando decía mi amor. Esas dos palabras, dependiendo de cómo las dijese, me daban ganas de comerle a besos o, de arrancarle la ropa. Normalmente solía ser la segunda.
Visitamos la Cibeles, la puerta de Alcalá, al Escorial, al Retiro... Lo que más hicimos en España fue comer. Probamos la paella, que, siendo sinceros, no me gustó mucho. Sin embargo, el cocido me encantaba, mientras que a Patrick no le hacía mucha gracia. A lo que ambos nos gustaba era el jamón serrano. Cuando volvimos a casa, nos pusimos un poco tristes, ya que aquí no venden ese delicioso alimento.
Fueron dos semanas geniales y no podría haber pensado en una luna de miel mejor.
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Había salido de la ducha hace diez minutos y estaba mirándome en el espejo. Tenía puestos los pantalones y el sujetador. Me estaba mirando la gran tripa que tenía. Desde que habíamos vuelto de la luna de miel hace tres meses, había estado engordando mucho. No entendía por qué, ya que tampoco comía en exceso y desde que estábamos casados, Patrick y yo hacíamos mucho ejercicio. Si no tuviese la regla, habría hasta pensado que estaba embarazada.Me miré una vez más en el espejo y me puse una de las camisetas de Patrick, ya que las mías me quedaban pequeñas.
Salí del baño, cogí mi bolso y bajé las escaleras. Patrick estaba sentando en el sofá viendo la tele.
- Cariño, me voy. He quedado con Elisa. — le di un rápido beso en los labios.
- Adiós, mi amor. Pásatelo bien. — se despidió.
- Te quiero. — le dije antes de salir por la puerta.
- ¡Y yo a ti! — respondió.
Me metí en el coche y conduje hasta el hospital. Me sentí un poco mal por haber mentido a Patrick, pero si le decía que iba al médico para ver por qué estaba engordando tanto, no me habría dejado ir, ya que siempre que le mencionaba lo de mi aumento de peso me decía que no me preocupase y que me quería tal y como era. Y me parecía muy tierno, pero cada día engordaba más y más y me gustaría volver a entrar en mis camisetas.
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Le expliqué lo que me pasaba a la doctora, que me hizo un par de preguntas. Luego, se quedó pensando unos minutos y me pidió que la acompañara. Yo me levanté de la silla y la seguí. Me llevó a otra sala y me pidió que me tumbará en la camilla y me subiera la camiseta. Me echó un líquido (que estaba helado, por cierto) en la tripa y me hizo una ecografía.- Lo que me temía. — susurró, lo que hizo que me preocupase. — Señorita Stump, ya he descubierto el motivo de su aumento de peso. Está embarazada de tres meses. — me quedé en shock.
- ¿Qué? Pero... ¿Cómo? Si he seguido teniendo el período. Es imposible...
- En algunos casos, la menstruación continúa, aún estando embarazada. No es lo más común, pero no es imposible. Puede que al mes que viene se le pare, o puede que le dure durante todo el embarazo. — me explicó la doctora.
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'Cause after all this time, I'm still into you. //(Patrick Stump Fan Fic) | EDIT
Fanfiction-¿Por qué yo? -pregunté entre lágrimas. -Porque después de todo este tiempo, sigo enamorado de ti.