'Cause after all this time, I'm still into you. //(Patrick Stump Fan Fic) | EDIT

Capítulo 57: Señor y señora Stump

Los 51 días se pasaron volando, y antes de que me quisiera dar cuenta, estaba en una habitación con Elena, Marie, Meagan y Hayley preparándome para mi boda. Hayley se encargaba de mi maquillaje, mientras que Meagan se encargaba de mi pelo. Quince minutos después, acabé con un precioso recogido y un maquillaje espléndido. Le di las gracias a las dos chicas.

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Aún quedaban 10 minutos para la boda y me encontraba dando vueltas por la habitación.

- No me puedo creer que vaya a hacer esto. — me repetía a mí misma. — ¡Me voy a casar! — exclamé alegre. — ¡Ay no, me voy a casar! — repetí menos contenta.

- Tranquilízate. — Hayley puso una mano en mi hombro. — Todo va a salir bien, y en menos de... — miró la hora en su móvil. — siete minutos vas a ser la señora Stump. No hay nada de lo que preocuparse.

- ¿Y si el cura se muere en medio de la ceremonia? — me empezó a entrar el pánico — ¿O si Meagan rompe aguas justo antes de que nos demos el "sí, quiero"? — dije señalando la gran barriga de mi amiga.

- Dudo mucho que eso pase. — rió Meagan. — El cura parece estar muy bien de salud y a este — señaló a su tripa. — aún le quedan dos meses más. Así que no tienes nada de lo que preocuparte.

- Sí, tenéis razón. Estoy desvariando. — me senté en la silla de antes.

Inspiré y espiré un par de veces y cuando ya me sentí más calmada dije:

- Me voy a casar.

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Andy estaba esperándome para llevarme al altar. Ya sé que normalmente es el padre quién lo hace, pero los míos no sabía dónde estaban, así que le tocó a Andy Pandy, que aceptó encantado.

- Que sepas que aunque te esté llevando al altar, te sigo viendo como aquella niñita de 16 años que venía a nuestros primeros ensayos. Y espero que te quede claro que siempre serás aquella niña para mí. — me dijo mientras cada vez nos acercábamos más al altar.

- Te quiero, Andy Pandy. — una sonrisa asomó por mis labios.

- Y yo a ti, Iron Woman. — nos dimos un abrazo.

Y allí estábamos. Me soltó el brazo y ocupó su puesto como padrino, mientras que yo tomé el mío de novia.

Estaba en frente de Patrick y he de puntualizar que estaba más guapo que ningún otro día. Llevaba un traje negro que le quedaba genial, y para mi sorpresa, su cabeza no estaba decorada con su característica fedora.

- ¡Holy smokes, Kate! ¡Estás hermosa! — susurró Patrick. — ¡Ha merecido la pena la espera!

- Tú también estás muy guapo, Patrick. — le respondí a su piropo.

- Hermanos, estamos aquí reunidos para unir en santo matrimonio a estas dos personas. — empezó a hablar el cura. Y si soy sincera, no escuché el resto del discurso, estaba demasiado ocupada pensando en lo guapo que estaba Patrick.

Él había elegido el lugar de nuestra boda, que era en una especie de parque cerca de la casa de sus abuelos. Yo supe desde el primer momento que ese iba a ser el lugar, ya que desde los doce años dijo que si se casaba, iba a ser ahí. Y no le culpaba por ello, ya que aquel sitio era precioso. La hierba era de un verde precioso y flores de todos los colores la adornaban. Era el tipo de sitio al que alguien iría para descansar de todo el estrés de la ciudad.

- Y ahora, escuchemos los votos de los novios. — me volví a conectar al discurso del cura a tiempo.

De su americana, Patrick sacó con manos temblorosas un papel.