'Cause after all this time, I'm still into you. //(Patrick Stump Fan Fic) | EDIT

Capítulo 11: Necesitamos un descanso.

Después de conducir durante varios minutos, acabé en el sitio al que siempre iba cuando necesitaba a alguien. Aparqué el coche y salí. Respiré hondo antes de llamar al timbre. Dos minutos más tarde, un chico con una melena ondulada y por los hombros, una barba de unos tonos más claros que su pelo y unas gafas negras me abrió la puerta. No era a la persona a la que me esperaba encontrar, pero no importaba.

— Hola, Kate. — me saludó Andy.

— Ho-hola. — respondí mientras sentía que las lágrimas amenazaban con volver a salir.

— ¿Te pasa algo? — me preguntó preocupado. Seguro que ahora estaba horrible, con los ojos rojos y vidriosos de llorar, el maquillaje completamente corrido y la nariz ligeramente roja. No pude ni responder a su pregunta, porque me había vuelto a derrumbar. Me lancé a los brazos de Andy me puse a llorar. Sentí como cerró la puerta detrás de mí.

— Oye, ¿pasa algo? He escuchado voces... — dijo Joe apareciendo por el salón, donde Andy yo estábamos. — Kate, ¿qué te pasa? — me preguntó al verme. Pero, estaba demasiado ocupada llorando en la camiseta de Andy como para responder. Al ver que no le contestaba, le preguntó al chico que me estaba prestando su hombro. — ¿Te ha dicho a ti por qué está llorando?

— No, nada más verme se ha puesto a llorar y se ha abrazado a mí. No sé qué ha podido pasar.

Mientras que ellos dos hablaban, conseguí calmarme lo suficiente para poder decir el nombre de la única persona a la que necesitaba en estos momentos.

— Patrick... — dije entre lágrimas.

— ¿Patrick? ¿Le ha pasado algo ha Patrick? — me preguntó Joe preocupado. Negué con la cabeza.

— Patrick. — repetí.

- Joe, llámale. Creo que quiere hablar con él.

— De acuerdo. — obedeció, cogiendo su móvil y marcando su número. Mientras que todo esto pasaba, Andy y yo nos sentamos en sofá, yo aún abrazada a él y llorando en su camiseta.

— Venga, tranquila. — me intentó calmar.

Empecé a escuchar como el politono de un móvil sonaba cada vez más cerca. Dos segundos más tarde, Patrick apareció por la puerta, con un pack de cervezas en la mano.

— Joe, ¡me haces patearme medio Chicago porque quieres cerveza y luego veo que me has bombardeado a llamadas! Pero, ¿qué te pas...? — se paró en seco cuando me vio. Nada más escuchar su voz, me separé de Andy y salté del sofá. Me abracé a Patrick, que soltó las cervezas y me abrazó de vuelta. — Ey, ¿qué pasa? — me preguntó en un tono conciliador.

— Pa-patrick. — solo conseguía decir, mientras que las lágrimas no paraban de brotar de mis ojos.

— Vale, vale, ya estoy aquí. Tranquilízate. — me dijo casi en un susurro. — ¿Os ha dicho algo a vosotros? — le preguntó a los otros dos chicos.

— No, nada. Lo único que ha dicho ha sido tu nombre. — respondió Andy.

— Bueno, nosotros nos volvemos abajo para que podáis hablar. — dijo Joe. Andy se levantó del sofá y escuché cómo ambos se alejaban.

Con el sofá ya libre, Patrick y yo nos sentamos. Después de llorar en su hombro (literalmente) durante varios minutos, me conseguí calmar un poco.

— Bueno, ahora que ya estás más calmada, ¿qué ha pasado?

— Patrick, Pete me ha dejado.

- ¿Cómo que te ha dejado? ¿Por qué?

— No sé. Según él, ya no siente lo mismo que antes, que la chispa se ha apagado... — no pude seguir porque las lágrimas volvieron a aparecer, impidiendo la salida de las palabras.