Por primera vez está semana, pude despertarme tarde, sabía que me había perdido el desayuno, pero no me importó.
Nadie estaba en la habitación, por lo que di gracias a Dios. Me había librado dos veces seguidas de las preguntas de Erika.
Decidí levantarme tras haber pasado unos minutos observando mi habitación. Un lado muy ordenado, otro desordenado y otro ordenado pero a mi manera. Vaya mezcla hicieron aquí.
Me levanté y me puse me vaqueros elásticos, mi camiseta de mangas al codo gris, mi sudadera de Hogwarts y mis vans negras. Bajé feliz por el día de hoy, sábado.
Espera, el sábado puede haber correo. Al llegar la sala común, ignorado a todos los que había allí, fui corriendo a la lechuceria. Creo que era allí donde había que ir. Llegué corriendo al final de la torre y al llegar a a puerta, me choqué con alguien que casi me deja caer, no habría sido bonito, porque había una buena altura desde aquí. Esa persona me agarró de la mano y me acercó a ella. O más bien él, porque no tenía órganos femeninos ni pelo largo.
Levanté mi vista y vi a Fred, supe que era él porque George sabe perfectamente que no debe acercarse mucho a mi y él prácticamente me ha lanzado a sus brazos.
- Vaya, Fred. Cuidado chaval, casi me tiras.- dije esperando que me soltara.
- Lo siento, no quería que cayeras por allí.- dijo señalando la gran altura.- ¿Has visto hoy a mi hermano?
- Que va, hoy me he quedado en la cama hasta tarde. Y he corrido desde la habitación hasta aquí, ni me he fijado en la sala común. A lo mejor está en la enfermería viendo a Dyl y a Teo.
- Gracias, buscaré allí.- dijo ya yéndose.- Ah, y ten cuidado con no caer, esta vez no estaré yo para salvarte.- me guiñó el ojo y se fue.
Que cosa más rara.
Eso me hizo pensar en la conversación de anoche de los gemelos. Una chica. Buscaría mi correo y tendría que ir a hablar con George seriamente.
Había cartas juntó a Athenea. Bien. Dos para mi y una para Cara. Bajé a ir a buscar a Cara, pero no tenía ni idea de donde estaría. Pregunté a varias chicas de Ravenclaw si la habían visto, pero nada, me dijeron que la última vez que la vieron fue en el despacho de la profesora Hastings.
Me dirigí hacia allí con toda la esperanza de encontrar a Cara. Llegué allí rápidamente y decidí entrar sin llamar como acostumbra a hacer Cara. Así le sorprendería. Pero la sorprendida fui yo. Al abrir la puerta vi a la profesora encima de la mesa sentada, besando locamente a un alumno, la sorpresa más fuerte fue, que éste alumno era mi primo Donald.
Me quedé estática en la puerta, no podía hacer nada. Hasta que mi primo se ido cuenta de mi presencia y se alejó rápidamente de la señorita Hastings.
¡Madre mía! Les van a expulsar, como se entere Mcgonagall no podrán volver a Hogwarts.
- Esto... Hola Emma, entra y cierra la puerta por favor.- gracias a Dios mis músculos respondieron a sus palabras.- Acércate por favor.
No me dio tiempo, mi primo se acercó y me abrazó. Me susurró:
- Por favor no digas nada. Estoy enamorado de ella.- me soltó despacio y los dos me miraron.
- Esto... Eh... Yo sólo buscaba a Cara. Me han dicho que estaba aquí.- conseguí decir.
- Emma, tu hermana estuvo aquí hará dos horas, me dijo que sólo quería saber como estudiar mi asignatura y luego se fue a la biblioteca.
- Ah, de acuerdo. Pues iré y le daré su carta.- dije.
- Si quieres de la doy yo. Soy la encargada de la casa de Ravenclaw.- y eso sonó peor. Porque era profesora, encargada de una casa, ¡y estaba con un alumno!
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Conociendo Hogwarts
FanfictionEmma es una persona normal. Bueno, normal en el sentido muggle de la palabra. Ella es hija mestiza, su padre es muggle y su madre bruja. Cuando Emma cumple 11 años llega una carta a su casa, pero no una carta cualquiera, no, es una aceptación en el...