Capítulo 50. Primer partido

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El primer partido para Gryffindor. Nos toca Ravenclaw, justamente cuando menos quiero tener algo que ver con algún que otra águila...


Hace dos semanas que vi a los abuelos, el abuelo ahora me escribe todos los días un poco de lo que pasó allí y me pide que le cuente algo. Es algo así como un intercambio, el me dice que le hacían los ex aurores y yo le digo que tal me iba con los Weasley. Dice que la abuela no tiene buen pronóstico, y que la han llevado con dos ancianos, algo más jóvenes que ellos, que pasaron por algo parecido en los tiempos del Señor Oscuro. No lo noto tan triste, ojalá sea cierto.


Como iba diciendo, hoy es mi primer partido de la temporada. Mi primer partido como buscadora. La verdad es que Wood me había apoyado mucho, y ahora que no me dirijo la palabra con Fred y lo evito de forma descarada, no tengo otra preocupación que no sea el Quiddich o los estudios, porque Fred era el estratega, él nos hacia las bromas y las escapadas y ahora estamos cada uno a nuestra bola.


¿De quien es la culpa? Del amor.


Ya tuve esta conversación con Ben, y todavía tengo la lista debajo de mi colchón, a veces la leo e intentó entender como soy a los ojos de los demás, pero me harto de mi misma y lo vuelvo a guardar.


Por lo menos con él las cosas volvieron a estar bien, y he conseguido bajar de tiempo y atrapar las snitch en cuarenta minutos.


Estábamos en el vestuario y Ben nos estaba dando una charla para que saliésemos a ganar. Yo miraba a George, él se tendría que encargar de despejar las bludgers al otro equipo, pero él también estaba decaído. Cara le había pedido tiempo, lo de mis abuelos le había afectado de verdad y se había convertido en un Ravenclaw ejemplar, digna de su casa. Ni siquiera estaba hoy animando a su equipo.


George pensaba que era culpa suya. Pero ya habíamos pasado por esto antes. Acción traumática- encerrona para escapar de ella en algo que no se hacía antes. Yo le intenté animar varias veces, pero parece que juega mejor con todo esto, así que Ben me dijo que lo dejara que ya se le pasaría.


Salimos a la hora en punto del vestuario y nos subimos en nuestras escobas al sonido del silbato. Mis ojos miraban a Sue Lee, la buscadora de Ravenclaw intentando intimidarla, pero no pasó y acabé intimidada yo.


Al segundo toque de silbato comencé a volar en busca de la pequeña bola dorada. De vez en cuando me paraba en el cielo a ver como iba, porque con el aire no escuchaba nada de lo que decía Dean Jordan.


En los primeros quince minutos íbamos 100-70, la verdad es que una ventaja de tan solo treinta puntos era decepcionante. Yo tenía puesta mi confianza en Wood, pero me estaba fallando.


De pronto, un rayo amarillo pasó por mi lado. Instintivamente lo seguí, y menos mal que lo hice, porque era la snitch. Poco después tenía a Sue pegada a mi intentando adelantarme mientras la bola daba vueltas en el aire obligándome a hacer acrobacias arriesgadas para seguirle la pista. Pasamos cerca de Dean y pude escuchar que uno de los cazadores del equipo contrario había sido abatido por una bludger que había dirigido George. Ese era mi pelirrojo.


Seguí detrás de la bola, Sue cada vez estaba más cerca de pillarla, pero dio un giro inesperado y le cogí ventaja.

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