Capitulo 17. Una amiga para Emma

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Estaba mirando a Fred. Estática. Sin poder moverme. ¿Qué había hecho yo para romperle el corazón? ¿Es más, por que se lo he roto? Dios, siempre hace que me sienta mal. Al ver la incomodidad se retiró lentamente.

- Aún así, sigues siendo mi muggle favorito.- dijo antes de irse y acariciando mi barbilla.

Mi puto corazón, me dolía. Me sentía fatal, horrible. ¿Qué he hecho para enamorar a este chico?

Reflexioné esto mientras subía lentamente a la torre. Fred. A penas tengo contacto con él. Sólo tenemos tres clases juntos y en historia solo hecho cuenta a que Cara no me pinte más que yo a ella. ¿Llevarían razón las demás chicas? Pfff necesitaba a amigas chicas, y rápido.

Llegué frente al cuadro de la señora gorda y dije nuestra contraseña. Al entrar, y todo el mundo al verme, aplaudió. Sin saber el por qué empecé a sonreír. Varias personas me mantearon y aún así seguía sin saber por que.

- Felicidades.- dijo Teo cuando me bajaron.

- No entiendo nada de lo que ha pasado.- dije entre risas.- ¿felicidades por que?

- ¿No has visto la lista de James?

No me acordaba del equipo, con todo lo de Fred. No sabía ni que pensar. Así que negué con la cabeza.

- Estas dentro. En el equipo.

- ¡Dios! Estoy dentro.-dije feliz.

- Claro, por eso el manteo.

Y ambos reímos.

- Me parece que alguien me va a venir a ver todos los partidos.

- Pff, pensaba que no lo recodarías.- dijo Teo con una sonrisa.

Subí más feliz que una perdiz a la que han dejado vivir y me fui a la ducha. Una ducha de agua caliente vendría bien. Al llegar de vuelta a la habitación, vi a Erika, que también me felicitó.

- Amiga, estas haciendo grandes cosas aquí.

- Ojalá.-dije con una sonrisa.

- Te puedo trenzar el pelo.- entonces me recordó a Cara, y me vine a bajo, esos momentos en los que de repente eres feliz y de repente, eres la persona más infeliz de la faz de la tierra. Aún así asentí.

Ella empezó a trenzarme el pelo, de forma de espero, pero llevaba poco tiempo cuando paró al notar mis lágrimas.

- Hey, no llores. ¿Qué te pasa?

- Pfff... ¿Tienes tiempo?

Ella asintió y se lo conté todo, con detalles y todo, como si fuéramos amigas de toda la vida, mientras ella me seguía tocando el pelo.

- Así que triángulo amoroso.

- Pero yo no quiero, se supone que la gente de nuestra edad sólo tiene que divertirse y no sufrir por estas cosas. Sólo tengo 11 años.- dije en un último sollozo.

- Pues olvídate de sus sentimientos ahora, centrate en lo que más deseas y consiguelo, igual que hiciste con el Quiddich, y cuando salga tu interés por los chicos, ellos seguirán allí.

- ¿Por qué esperarán tanto?- dije frustrada.

- Porque eres guapa, inteligente y talentosa. Todo lo que una chica querría ser.- dijo muy seguro.

- En pociones soy nula.- contesté a lo que por fin, me hizo reír y a ella también.

- Eso es, no pierdas nunca la sonrisa.- dijo sonriendo ella también.

- Erika.- dije tímidamente cuando ya acabó con mi cabello.

- Dime, Em.

- ¿Te puedo considerar una amiga? Aquí sólo tengo a los chicos y ya ves el marrón que me hacen.

Conociendo HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora