Capitulo 6. Quiddich

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Al bajar sentí ya una extraña sensación. Como que algo había cambiado en el ambiente de la casa. Y entonces caí. Estábamos en minoría. Sólo Lena, Cara y yo. Maldita sea.

Me fui a la cocina a picar algo mientras Cara se fue a buscar a Lena. Entonces conocí a Chase, el ser más vanidoso y narcisista que haya conocido jamás.

- ¿Qué se siente al no haberme conocido antes? ¿Cómo pudisteis vivir sin haberme conocido? ¿Qué se siente al tener un primo tan guapo?

- Para empezar, hola, soy Emma. Para seguir, ¿quién eres tú y que haces comiéndote mi comida?

Para qué mentir, se estaba comiendo las crêpes que hice ayer, no me lo puedo creer. Con mi comida soy muy muy muy protectora, ¿qué se habría creído?

- Ups, ¿era tuyo? Bueno, ya es tarde. Estaba muy rico. Me encanta la comida muggle, sobre todo la italiana.

- ¡Es francesa merluzo, francesa! Ahora, primo desconocido identificate o ...

- ¿O qué?¿Me hechizarás? Lo dudo, uno porque es la primera vez que sabes acerca de esto y dos, porque está prohibido, eres menor.

Maldito primo, que insoportable que es.

- O utilizaré formas de persuasión muggle.

- Uyyyy, ¿de qué se trata?

Entonces le di, con todo mi puño, en su cara, sí en su delicada cara blanca. Se quedó perplejo y mirándome salió de la cocina.

- Vaya, Chase a veces es imbécil, pero yo nunca le habría afrontado así.- dijo Lena entrando en la cocina seguida de Cara.- Lo chicos dicen que quieren jugar al Quiddich, los abuelos tiene escobas suficientes. ¿Te apuntas?

Ella me había hablado de Quiddich antes, y la verdad es que tenía bastante curiosidad.

- Para empezar, 1 nunca he montado en escoba, 2 sí, si consigo volar y poder darle una paliza a Chase.

Salimos a fuera y nos encontramos a los chicos en fila, con mi otro primo, creo recordar que se llamaba Donald, dándoles órdenes como sí fuera un sargento militar. Mi primo era rubio, con ricitos, alto, musculoso, los ojos grises; el amor platónico de cualquier chica.

Estuvimos un tiempo en "clases rápidas de Quiddich de Donald" y, sorprendentemente, no me caí de la escoba en ningún momento, y los pases que hicimos con el quaffle me salieron bien. Me nombro oficialmente la alumna estrella de Donald, y a él como primo favorito.

Cuando conseguimos que Cara volara unos treinta segundos sin caerse decidimos empezar a jugar. Dos equipos, el primero: Donald, Cara, Logan y yo; el segundo: Chase, Lena, Dylan y Lucius. Se iba a enterar mi primo. Dejamos a Cara como guardiana, ya que sí se movía mucho tendría probabilidades de sufrir algún daño físico, y nos matarían.

El partido comenzó igualado, y se notaba la rivalidad entre Chase y yo. Luego comencé a ser más egoísta y coger más el quaffle y nos adelantamos en el marcador. Últimos cinco minutos, Donald me pasa la quaffle y empiezo a ir cada vez más rápido hacia los aros, cuando algo, o mejor dicho, alguien me dio por detrás desequilibrándome y haciéndome caer.

De momento el juego se detuvo. Todos se acercaron rápidamente a mi. Y me miraron preocupados. Al verlos así, empece a reír, y todos me siguieron aliviados de que estuviera bien.

La abuela nos llamó a la cena y corrimos a la casa. Entramos y tal y como pisamos el suelo de la cocina, la cara de la abuela se descompuso.

- Por Merlín. Id a asearos ahora mismo. Estáis muy sucios. No tomaréis nada hasta que estéis limpios.- estaba un poco alterada por lo que fui la primera en salir corriendo al baño.

Me duché, y subí a por el pijama. Desistí en salir el resto del día de la casa. Comimos comentando nuestra pachanga de Quiddich. Mamá y papá parecieron estar más relajados y comunicativos con la familia. Ahora sí parecíamos una familia de verdad. La mesa estaba a tope, a penas cabíamos en la mesa, la comida hoy me parecía escasa. Los chicos comían demasiado.
Cuando acabé subí a nuestra habitación y me acosté. Demasiadas emociones para un día.

Me tomé una siesta a la española, de tres horas. Me levanté y no había nadie en las habitaciones así que me volví a la mía y estuve toda la tarde viendo los libros. Eran muy interesantes. Decidí intentar captar algo, para no parecer muy desorientada. Caí rendida antes de cenar y ni si quiera bajé cuando Cara subió a decirme que si bajaba. Y seguí durmiendo.

Conociendo HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora