Capitulo 13. Misión imposible: Encontrar a George.

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Al llegar a la habitación me derrumbé sobre mi cama. ¡Qué día!

Y todavía no había hablado con George. Ni sí quiera ha aparecido hoy.

Entonces noté algo en mi bolsillo de la sudadera. ¡Claro, las cartas!

Realmente ni me había parado a pensar en ellas.

La primera era de mi madre, preguntándome como me iba a tal. A lo que por primera vez desde que vine aquí intenté responderle. Y la verdad es que fue un mierda. Porque a los zurdos se les corre toda la tinta cuando escriben. Total que tuve que hacerlo dos veces más hasta que quedó bien.

Que bien se sentaba hacer bien las cosas. Me siento bien tras haber podido escribir con pluma y en pergamino.

La segunda carta era, de un "el mejor de tu vida" y decía esto:

"Querida Emma Digou:
Seguro que no sabes quien soy, pero yo sé mucho sobre ti. Eres una chica simpática pero tímida, que cuando se enfada o esta molesta arruga un poco la nariz, eres inteligente pero no quieres destacar.

Me gusta cuando ríes en clase de Historia, intentando ganar lo que parece una pelea de pintura con Cara, tu hermana pequeña.

Sólo quiero decirte, que no estas sola, que alguien te quiere, y que sigas sonriendo porque tu sonrisa me encanta.

Un fuerte abrazo,

Tu admirador secreto"

Si este día era una auténtica locura, ahora lo era aún más. ¿Quien era este chico? ¿Cómo me conocía tanto? ¿Por que yo y no otra?

Madre, mi cabeza va a explotar.

Sólo para despejarme de estos asuntos amorosos y para aprobar, decidí ir a la biblioteca.

Estuve dos horas y poco metida allí, pero por fin, acabé mis apuntes, repasé mi teoría y estudié un poco. Aunque aún quedaba Historia. Tendría que buscar a ese chico de Ravenclaw.

Como imaginé estaba en la biblioteca, y decidí ir a hablar con él.

- Hola, soy Emma, estoy en tu clase de Historia.- susurré.

- Ho-o-o-la.- dijo con nerviosismo.

- ¿Te podría pedir un pequeño favor?

- Cl-claro.

- ¿Me dejas tus apuntes de Historia?- pedí con mi mejor sonrisa.

- No.- contestó secamente recogiendo sus cosas.

- ¿Por qué no?

- Porque podrías cogerlos tu en vez de guarretearte el brazo con Cara.

- ¿Tan evidente es lo que hacemos?

- Un poco.

- Venga, amigo...- no me había dicho su nombre.

- James. Me llamo James.

- Venga James. Sólo esta vez.

- No.

- Si me los dejas, te ayudaré a montar en escoba.- y esto sí pareció convencerle.

Tras coger sus apuntes me fui a la torre a dejarlos y a por la carta a mamá.
Ya estaba a punto de atardecer, cuando llegué a la lechucería. Busqué a Athenea y se la di. Salió a volar de inmediato. Bajé las escaleras con sumo cuidado de no resbalar, no quería partirme la cabeza.

Llegando ya al gran comedor, me encontré, por fin con George.

- ¡Por fin! ¿Se puede saber donde te has metido todo el día?

Conociendo HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora