Capítulo 34.

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Cuando llegué estaban los dos a un lado del corrillo. Uno al lado de McGonagall y el otro al lado de Draco. Ya os podéis imaginar quien con cada uno.

Dijeron que llamarían a nuestros padres por la pelea, que esto no podría seguir así.

- Mis padres están muertos.- dijo Dylan antes de salir corriendo mientras las lágrimas se deslizaban por su rostro. Eso me dio un pinchazo en mi corazón. Y una bombilla se encendió en mi cerebro.

Las personas que pasan por un trauma, se suelen esconder tras algo. Dylan en la agresividad, porque sentía la necesidad de protegernos, papá y mamá no podrían hacerlo ahora. Cara en las falsas amistades, prefería fingir y comerse ella sola toda su pena. Logan en la pasión, se fijaba en cualquier chica para que sus pensamientos no viajaran al foco del dolor. Y yo, yo me encerré en los estudios y el Quiddich, para no pensar en mis padres y la pena que me producía su pérdida.

Parecía que no nos había afectado, pero realmente el alma la teníamos dolida, y algo más que el alma, también el corazón.

Corrí tras Dylan, suplicando que se parara, pero no quería. Se encerró en un escobero del tercer piso. Aporreé la puerta suplicándole que saliera, pidiéndole perdón y diciendo que todo era culpa mía. Pero no cedió.

El tercer piso... la directora mencionó algo el primer día de clase sobre el tercer piso.

Oh, no. Estábamos en el tercer piso, acababa de recordar las palabras de la profesora: "El tercer piso esta prohibido, a no ser que deseen tener una muerte horripilante y segura".

Di muchos más golpearon  la puerta. Me dolían las manos de pegarle a la puerta.

- Dylan.- le llamé ya desesperada.- Estamos en el tercer piso. Hay peligros en este piso, te lo suplico, sal de allí y hablamos.

- Moriré aquí, Emma. Déjame en paz.

Busqué en mi mente algo para sacarle de allí. Encontré un hechizo en mi mente para poder abrir la puerta y lo arrastré fuera.

- Soy ti hermana mayor, y no voy a dejar que mueras aquí sólo porque papá y mamá ya no estén con nosotros. Estarían avergonzados de ver lo poco valiente que eres, deberías haber ido a cualquier otra casa, porque no eres un Gryffindor no quieres ser valiente.

Esas palabras le hicieron levantarse y nos dirigimos a las escaleras cambiantes. Subimos hasta su casa y le dejé allí con Logan. No sé cómo había llegado hasta allí ni cuando, pero le dejé encargado.

Bajé a buscar a Teo o a alguien que me dijera donde estaba Scorpius.

Busqué por más de media hora, pero mo tenía ni idea de dónde podría estar. Me crucé en el pasillo con McGonagall pero no me dijo nada sobre lo de Dylan.
Me dirigí a mi segunda casa, es decir, a la enfermería. Allí estaba sentado en una camilla, con Madame Pomfrey curando sus heridas.

Dylan tendría que aprender a controlar su ira, esto no podría seguir así. En cuanto la enfermera terminó de curarle, me acerqué a él, no sin antes ganarme un "ya se te echaba de menos por aquí " de la enfermera.

- Scor, siento mucho lo de Dyl. Estamos intentando que controle esa ira...

- No hace falta que te disculpes, sólo he salido mal parado yo, no es para tanto.

- Si que lo es, eres mi amigo y no por cada vez que me acerque a alguien tiene que ponerse así.

- En serio, tu también eres mi amiga, pero no quiero tener problemas con tu familia y menos ahora que la rivalidad es mayor.

- ¿Rivalidad?- pregunté sin entender.

- Los Malfoy y los Weasley siempre se han llevado mal, y si ahora sois más, imagínate.

Conociendo HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora