SOMEDAY [TERMINADA]

TMA Capítulo 19

POV AJ

El viento era fresco, pues el invierno estaba a punto de llegar. Las transitadas calles del centro de Nueva York iluminaban el avanzado atardecer que dejaba a su paso una noche clara y con pocas estrellas en aquel cielo donde se notaba la contaminación de la ciudad. Aunque ya llevaba un tiempo aquí, aún me sorprendía como una ciudad atestada de gente y contaminación pudiera parecerme tan maravillosa. Obviamente extrañaba mi hogar, a mi familia, la comida, sobre todo el kimbap. Extrañaba todo, pero también extrañaba a mi todo: Kiseop.

Aquella noche me encontraba paseando con mis amigos, celebrando que todos habíamos aprobado los últimos exámenes. Era un alivio poder pasear por la calle sin que la gente te reconociera y te pidiera autógrafos o murmurara al verte, pero por otro lado también extrañaba todo eso: la fama, el reconocimiento, el amor de mis KissMe. Nunca podía saber como sentirme en realidad.

-Jae ¿No vienes?- Max llamó mi atención, llamándome desde la entrada de aquel bar.

-Ya voy- contesté y caminé a grandes zancadas para llegar rápidamente.

El lugar estaba lleno de estudiantes que, como nosotros, iban a relajarse tras una dura jornada de exámenes. Encontramos una mesa libre cerca del pequeño escenario del lugar, donde generalmente se presentaban bandas de rock ligero. Vi como estaban preparando el audio para la presentación de aquella noche, reconociendo cada cosa que hacían.

-Lo extrañas ¿verdad?- me susurró Dan al oído.

-¿Extrañar qué exactamente?- dije girando a ver al mejor amigo que tenía en aquel lugar.

-Subirte a un escenario, agarrar un micrófono y bailar frente a la gente- contestó viendo con aquellos cálidos ojos azules.

-Si, lo extraño- contesté- Pero también me gusta estar aquí.

-Lo sé- tomó un sorbo de su cerveza- ¿Cómo está esa persona? La que te hace estar pegado en el celular a todo momento.

-Bien, supongo- dije dándole un trago a mi cerveza, intentado parecer despreocupado.

-¿Qué extrañas más, subirte a un escenario o estar con aquella persona?- preguntó mi amigo mirándome fijamente.

Recordé a Kiseop sonriendo mientras bailaba, marcando cada uno de sus movimientos con precisión. Lo recordé regañándome maternalmente cuando me equivocaba en algún movimiento, moviendo mi cuerpo en la posición correcta para el paso. En mi mente lo vi con el micrófono en mano y aquella dulce mirada que ponía mientras cantaba, la manera en que sus hombros se movían al compás de la música y de su respiración. Su enorme sonrisa cuando nos llamaban al escenario y una más grande de satisfacción cuando terminábamos la presentación y él sabía que había estado perfecto.

-Lo extraño a él con su sonrisa sobre un escenario- contesté con suavidad y una boba sonrisa en la cara, haciendo que mi amigo se me quedará viendo con extrañeza, pero no dijo nada. En aquel momento Max lo llamó mientras sonreía con una alita de pollo en la mano.

Había momentos como este en los que recordaba a Kiseop y eso me hacía anhelarlo con tal fuerza que me daban ganas de tomar el primer avión a Corea. A veces, cuando recibía sus mensajes con dulces palabras o aquellos donde se desahogaba sobre sus preocupaciones, deseaba con todas mis fuerzas poder tele transportarme a su lado y abrazarlo, sentir el calor de su cuerpo y que me dedicara una de sus brillantes sonrisas. Lo amaba, lo amaba como nunca había creído volver a amar a alguien de nuevo.

En el pasado, antes de que conociera a Kiseop, yo había estado muy enamorado. Su nombre era Sun Hee y era la chica más hermosa que había visto en mi vida (la cual no había sido demasiado larga en ese momento). Amaba todo de ella: su sonrisa, la forma en que curveaba sus labios cuando se enojaba, sus abrazos por la espalda cuando quería sorprenderme... en fin, cada una de las facetas que tenía. Creí tener la relación más perfecta del mundo, que éramos la pareja más enamorada que podía existir, pero no estaba más lejos de la realidad. El día de nuestro aniversario del quinto mes, ella me citó en una cafetería que solíamos frecuentar. Para ese entonces yo ya formaba parte de Paran, así que en el primer momento que me vi libre no dude en ir a su encuentro.