Al ver la transmisión en la que un extraño detective conocido como "L" enfrenta a Kira, Sayuki Mei no dudó en quedarse completamente enamorada de alguien a quien no se le ha visto en persona. Esto hace que la joven, de 18 años de edad, empiece a inv...
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El señor Yagami estaba agonizando luego que L le preguntase si se encontraba bien. A pesar que el hombre afirmase que se encontraba perfectamente, como dije en un comienzo, se veía que estaba sufriendo. ¿Qué clase de pregunta por parte de L es esa?
Ya va un mes desde que Kira volvió a matar criminales. Esto es una enorme prueba que indica que posiblemente ni Light sea Kira, ni Misa sea Kira Blanco. L prefiere ignorar todos los argumentos que indican que lo anterior es válido, y sigue pensando que Yagami Light es Kira. No hay forma ni manera de sacarlo de ese cascarón.
—No Light—interrumpió L al destinatario, que estaba tirado en el suelo en posición fetal—Los criminales han dejado de morir porque tú eres Kira.
— ¡Yo no soy Kira, ¿Cuántas veces debo repetirlo?! —gritaba Light, asustado y perplejo.
Sus enormes ojos me hacían dudar. En verdad, habían crecido demasiado, ¡Un crecimiento anormal como el amor de Misa hacia él! Tanto L como yo estábamos confundidos, pero a diferencia de mí, L no mostraba tanta confusión, más bien indiferencia y enojo ya que no quería creer en las palabras de nadie que estuviese contradiciéndolo.
—Esto es cruel...—se queja Aizawa en un susurro—Light es un sospechoso, pero tiene derecho a saber por qué han vuelto a morir los criminales.
—Es el mayor sospechoso—L le corrige. En su mano sostenía la cuchara con la que agarraba el helado multicolor.
El helado parecía gelatina, pero se veía tan apetecible que quería probarlo. Aunque para ser más sincera, sería mejor ser la cuchara, te trae muchísimas más posibilidades: meterte dentro del helado, y dejar que L te lama infinidad de veces.
— ¿Estás bien? —Después de apretar un botón, L se acerca al micrófono para hablar con Misa quien responde con un doloroso "sí" — Pareces cansada.
— ¿¡Estás de broma!? —Amane ataca. Podía sentir debajo de las vendas que cubrían sus ojos, una mirada asesina— ¿Quieres que luzca bien después de ser interrogada todos los putos días? ¡Quiero salir, quiero ver a Light...!
Matsuda hace un gesto de asco, al que acompaña con el sonido típico.
—No sé cuánto más aguantarán...—dice.
— ¡No hay razón para qué Light siga encerrado! —Aizawa interviene con un pisotón que me hace saltar— Se supone que hacías lo correcto, Ryuzaki. ¡Déjalo salir, de esa manera el jefe también lo hará! —su tono de voz fue aumentando a medida que iba hablando. Se tocaba el cabello con nerviosismo— Los criminales han muerto aun cuando Light seguía estando aquí. Además, sabemos que no tenían acceso a ninguna información...
Doy una risilla, — ¿Sabemos? — L termina de comerse el helado y aclara:
—Eso no es cierto. Sólo sabemos que Amane tiene una extraña y obsesiva devoción hacia Light.
