Capítulo X-Maeda Takeshi "Guerrero"

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Querido Futuro,

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Querido Futuro,

Mei...no ha venido a clase—Pienso mirando el asiento vacío de mi lado. He contado los días, y han pasado más de cuarenta y ocho desde que Mei desapareció; más de cuarenta y ocho días sin verla.

Aclaro que Yagami Light tampoco ha venido a clase.

Desde que los vi por primera vez, he notado un fuerte lazo en ellos y se nota que son muy amigos, pero a medida que fueron pasando las semanas, ese lazo se iba estirando cada vez más hasta que estuvo a punto de romperse. Estaban más alejados que de costumbre.

Recuerdo que Mei se la pasaba hablando de ese detective... ¡L era su nombre! Y sus conversaciones sobre él eran tan aburridas que no podía prestarle atención, al igual que ella hacía en las clases del profesor Kaoru. —Puede que por eso se hayan distanciado—Pienso. Yagami Light, cuando Mei hablaba de esa letra del abecedario, se veía muy indiferente al respecto. Lo más probable es que, gracias a los excesos y exageración de Mei, Light se haya hartado por completo.

—La clase termina por hoy—el profesor deja la tiza sobre la mesa— La próxima clase terminaremos, pueden irse. —todos salen del aula.

Normalmente me tardo mucho recogiendo mis cosas por estar escuchando a Mei, y sin ella a mi lado, soy uno de los primeros en salir. No tengo nada que me complemente si no hay gente a la que pueda agradecerle, y gente a la que pueda odiar.

No tengo a Mei para aburrirme de su tonta Investigación, ni tampoco tengo a Yagami Light para...Envidiarlo durante horas. Me he quedado en nada desde que se fueron.

Sin darme cuenta, estoy a unos pocos minutos de llegar a casa. Es normal que llegue tan rápido, ya que son menos de seis cuadras las que tengo que caminar para poder llegar. Así que con eso de ir a casa no tengo problema, más, si añadimos que camino de prisa, estaré llegando en siete minutos, o menos.

Con la manga de la sudadera me seco las lágrimas de los ojos, —Mierda, otra vez parece que estoy llorando— Aumento la velocidad sin quitar el brazo de mi cara. Mis ojos, como ya es costumbre, arden y lagrimean, lo que hace que se me pongan rojos. Parece que lloro sangre de lo irritados que se me ponen.

Levanto la cabeza al oír un ruido que proviene de arriba. Veo a mi hermano sonriendo apoyado en la ventana.

—La puerta ya está abierta, bajo a ayudarte—dice.

Abro la puerta tirando la mochila al lado de los zapatos. Mi hermano aún baja las escaleras con un pañuelo en la mano, y yo camino hasta la cocina para abrir el grifo y echarme agua. —Esta fría— Me quejo cuando agarro un poco de agua con las manos.

—La esclerótica la tienes demasiado roja, ¿Te busco las gotas? —pregunta mi hermano ya a mi lado.

—No hace falta que seas tan amable—respondo.

Moño Dulce-L Lawliet (Death Note) #DNWattys2016yOCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora