Cuando el nuevo jardinero comenzó a trabajar en el cementerio, se fijo, a los pocos dias, en una señora qué visitaba todos los días el lugar para llevarle un pequeño bouquet de camelias rojas a los difuntos que allí reposaban, pero lo curioso de esta señora, es que nunca visitaba dos veces la misma tumba, si no, que cada día visitaba una diferente.
Un día, mientras podaba la verde y brillante grama del cementerio, la señora llegó con sus camelias y se sentó en la tumba que estaba justo al lado de él y aprovechando la situación, le preguntó:
- Ha perdido muchos familiares y personas queridas, ¿no es cierto?.
- No - respondió secamente la mujer.
- ¿Entonces por qué viene al cementerio a visitar y a traerle camelias a una tumba diferente cada día? - preguntó el jardinero, sin poder contener su curiosidad.
- Porque me gusta escuchar sus historias - dijo la mujer - soy medium - añadió, al ver la cara de perplejidad que había puesto el hombre al oír su respuesta- puedo hablar con los que se encuentran en el más allá, es por eso que todos los días visito una tumba diferente, para escuchar las historias que todos estos muertos tienen para contar: quienes fueron, cómo murieron. Todos tienen una historia diferente e interesante, nunca he escuchado dos historias iguales.
- Ah, bueno - dijo el jardinero nerviosamente- disculpe entonces, no la molesto más, siga escuchando sus historias, hasta luego.
Minutos después, el jardinero renunció a su trabajo y se juró no trabajar más nunca en un cementerio.