Cuando la bruja regresó a su casita del bosque hecha jengibre, chocolate y caramelos, después de unas largo viaje en escoba, arrancó un pedacito de su techo de chocolate y llevándoselo a la boca, leyó en voz alta el pequeño tapiz hecho de chicle que guindaba detrás de su puerta de galleta que decía: Hogar, dulce hogar.