La cajita (in)feliz

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Esa noche, su papá, se había quedado trabajando hasta tarde; cuando finalmente llegó a la casa, lo hizo con comida rápida para disculparse por su retraso. El niño, al principio, emocionado por la comida, le arrancó a su papá de las manos la cajita roja con asas amarillas que este le ofrecia; pero cuando la abrió, su rostro se torno rojo de ira, porque el pequeño juguete que traía la cajita, ya lo tenía, la hamburguesa tenía vegetales, a pesar de que a él no le gustaban, y las papitas fritas estaban frias y aguadas.

El niño, llorando y reclamando, pelió con sus padres, quienes, regañandolo, lo obligaron a sacarle las detestables verduras a su hamburguesa y a comérsela antes de irse a la cama castigado.

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