La bola de cristal

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-¿Y que ve? - le preguntó la cliente.

- Nada.

- ¿Cómo que nada? -demandó la cliente, irritada.

-Lo siento - le respondió la bruja, preocupada - pero la bola de cristal no me muestra nada en su futuro...

- ¡Usted no es más que una gran estafadora! - gritó la cliente, enojada y, sin dejar que la bruja terminara de hablar, se levantó de la silla y salió de la tienda .

Al otro día, la bruja leyó el triste obituario de su cliente en la prensa. La bola de cristal nunca se equivocaba.

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