Cuando llegó a su casa y vió a su pequeño durmiendo sobre unas hojas de papel periódico, supo de inmediato que era el momento de arriesgarse, de dejar su moral y valores de un lado, y de hacer la llamada que debío de haber hecho hace mucho tiempo.
- ¿Aló? ¿Paco? Cambie de opinión, si estoy interesado en vender tu mercancia.