Cuando vio que su mejor amiga la estaba llamando, respiró profundo y se preparó para la tomenta:
- Alo.
- Hola, ¿Cómo estás? - le dijo su amiga, preocupada.
- Eh, bien - respondió dubitativamente - ¿y tú?
- No me engañes, no estás bien, tengo días que no te veo, tienes días sin salir de la casa ¿no es cierto?
- Eh, sí, pero no es por lo que crees que es...
- ¡Estás deprimida otra vez! ¡Lo sabía! ¿Por qué no me habías llamado para hablar al respecto?
- No es eso...
- ¡Vamos, vistete vamos a salir!
- No puedo...
- ¡Nada de eso! Ya voy por ti, no voy a dejar que te hundas de nuevo es ese pozo de oscuridad ¡Vistete!
- Espera, escuchame, en verdad no puedo salir, y no es porque este deprimida, o bueno, quizás si lo estoy, un poco, pero no por lo que crees, no tengo dinero, es por eso que llevo días sin dejar mi apartamento, no tengo dinero ni para comprarme un agua, así que mejor me en casa.
- ¿Segura que es solo por eso?
- Si, segura, es una depresión estrictamente económica.
- Bueno, vistete de todas maneras, yo te invito, no vemos en 20 ¡Bye!Y colgó el teléfono, sonriendo, porque todo había salido mejor de lo que se esperaba.