Todos los días, el falso profeta salía a la calle para alarmar a la gente de las catástrofes o castigos divinos que se inventaba con la esperanza de que, algún día, la casualidad lo favoreciera y lo convirtiera en un verdadero profeta.
El falso profeta
Todos los días, el falso profeta salía a la calle para alarmar a la gente de las catástrofes o castigos divinos que se inventaba con la esperanza de que, algún día, la casualidad lo favoreciera y lo convirtiera en un verdadero profeta.