Después de darle el pésame, llorando, a la pobre vecina quien había perdido a su hijo menor porque se había suicidado, las cuatro viejas de la cuadra, se limpiaron las lágrimas y se reunieron a tomar café y a conversar en un rincón de la capilla velatoria.
Vieja No. 1: Yo escuché que el muchacho se suicidó porque su novia lo había dejado.
Vieja No. 2: ¿En serio? Yo escuché lo contrario, que se había matado porque la había embarazado.
Vieja No. 3: ¡Ustedes si inventan! A mi me dijo alguien muy cercano a la familia que el joven se suicidó porque era gay.
Vieja No. 4: No, están equivocadas, el muchacho no se suicidó, se murió de sobredosis, era drogadicto.Y así pasaron las cuatro viejas toda la tarde en el velorio, chismeando e inventando hipotesis sobre el suicidio del muchacho sin ni siquiera acercarse a la realidad.