Después de la clase de meditación, el profesor se encontró a sus dos mejores alumnos en la cafetería de la escuela, y al escuchar que estaban hablando sobre la meditación, se acercó a ellos y les preguntó:
- ¿Qué piensan ustedes cuándo meditan?
- Yo me imagino que estoy bajo una cascada de agua cristalina, y allí me reúno con mi yo interior y hablamos de nuestra vida - dijo el primero.
- Yo, en cambio, me imagino que estoy en el claro de un bosque, rodeado de árboles y animales, y allí me cuestiono mi existencia - dijo el segundo.
- ¡Wow! - exclamó el profesor.
- ¿Y usted profesor? - preguntó el segundo - ¿Qué se imagina cuando medita?
- La verdad, no quieren saberlo - les dijo el profesor todo enrollado.
- ¡Vamos, diganos! - lo presionó el primero - nosotros le dijimos lo que pensabamos.
- Bueno, está bien, yo, cuando medito, imagino que tengo mucho, mucho dinero y que estoy en un gran centro comercial comprándome toda la ropa, zapatos y accesorios de las mejores marcas y diseñadores.
- ¿En serio, profe? - preguntaron los dos alumnos al unisono.
- Si - respondió el profesor, apenado.
Después de un silencio incomodo, los dos alumnos se levantaron, se excusaron y se despidieron del profesor alegando que tenían que irse a hacer otra cosa; y desde ese día el profesor más nunca vio a sus dos mejores alumnos en sus clases.