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Aunque me obligue a cerrar los ojos, no puedo hacer que mi conciencia se calle. La idea de que Chan sólo está con Haewon para olvidarme ronda por mi mente. Utilizar a una persona para olvidarse de otra es algo cruel y quiero creer que Chan no es capaz de hacer eso. ¿Verdad? El no tener una respuesta concreta me quita el sueño pero no el cansancio. Tomo el celular, pongo la alarma para las 7 AM y suspiro frustrada cuando una notificación me dice que ésta sonará en 4 horas y 21 minutos.


Tengo la costumbre de poner las manos debajo de la almohada cuando duermo sola y tenerlas lastimadas no me impide hacerlo, hasta que siento que me empiezan a arder y me despierto. Me estiro y prendo la lámpara para ver que las vendas siguen en su lugar y veo a Yoongi dormido en una posición bastante incómoda en una silla al lado de mi escritorio. Tengo que luchar contra mis ganas de despertarlo y decirle que se acueste en la cama conmigo. Con los brazos cruzados, voltea su cuerpo de costado y hace una mueca de disgusto cuando mueve el cuello pero no abre los ojos. Dios, está haciendo que le de mil vueltas a la desición que tomé pero por más que quiera, no me arrepiento. Sé qué tan importante es su carrera para él,por  todo lo que pasó y soportó para llegar a donde esta hoy y no quiero que la descuide por mi. Y si para ello debo estar lejos de él, iré en contra de mi corazón.

Acerco mi mano a su rostro y le quito un mechón de flequillo que le cubre los ojos. No puedo despertarlo y decirle que se vaya. Miro la hora y son las 6:33 AM. Llamo a Hoseok y le pido que se lo lleve, porque sé que no se irá aunque se lo ruege.

— Hyung... hyung... — le susurra Hoseok con voz ronca y, como era de esperar, Yoongi tira un puñetazo al aire dormido.

— Tú eres la única a la que no golpea cuando se despierta — me dice Hoseok refregándose los ojos y bostezando.  — ¿Qué método usas? —.

Me le quedo observándolo dormir unos minutos porque parece un ángel. Luego empiezo a repartir besos desde su cuello, por todo su rostro hasta sus labios; él me estrecha en sus brazos y me impide levantarme a tiempo, por eso siempre tengo que arreglarme a las apuradas.

— Ninguno en especial, sólo lo llamo — miento con tristeza. Quisiera despertarlo como siempre lo hago pero no lo haré. Hoseok continua llamándolo y, como un ninja experto, esquiva sus golpes pero se niega a despertarse por completo. No quiero seguir poniendo en riesgo al pobre de Hoseok o podría terminar con un ojo negro o una patada en el estómago; me levanto y me agacho frente a Yoongi.

— Sunbae — le susurro temerosa. La verdad es que la única forma segura de despertarlo es llenarlo de besos pero ni loca hago eso frente a Hoseok. Se me ocurre poner las manos sobre sus rodillas para que sienta mi toque, a ver si eso ayuda a que no termine con una patada en la cara.

Parece que la suerte está un poco de mi lado en este momento porque después de un leve apretón que le doy a sus rodillas, Yoongi abre los ojos, los posa en los míos y me obligo a contener la respiración para no llorar. La manera en que mira, el dolor que me provoca ver esa tristeza en su mirada me hace querer decirle que lo de darnos un tiempo es una mentira... ¡feliz día de los inocentes! aunque no es 28 de diciembre. 

— Ve a tu habitación — me levanto y desvío la mirada. Trato de sonar lo más neutral posible. Voy a mi closet  y pretendo buscar ropa para cambiarme.

— Debemos hablar — dice con esa ridícula voz de recién despierto que tanto me gusta.

— No tenemos nada de que hablar. Necesito cambiarme — digo sin dejar de revolver mis jeans en sus perchas.

Él se acerca, me toma del hombro y me hace girar hacia él.

— Por favor, hablemos. Si tan sólo me escucharas —.

Sunbae and I || SUGA || 3ra TempDonde viven las historias. Descúbrelo ahora