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[__T/N__]

La ventanilla del asiento trasero de la van está averiada y no cierra completamente. El frío aire de la noche me pega con brusquedad en la frente y me bajo el gorro de lana que llevo puesto hasta casi cubrirme los ojos. El CEO repite las mismas cosas que estuvimos hablando con Dean Brown, me dice lo mismo que todos: que ésta es una oportunidad única y que debo aprovecharla al máximo. Esta reunión puede ser tomada como una pre-aceptación del contrato; Dean nos explicó con lujo de detalles cada cláusula de éste más de una vez para aclarar todas las dudas que tuviéramos, en especial las del CEO; sólo resta firmarlo para luego armar mis maletas y viajar a Estados Unidos. El único inconveniente es que aún no he tomado una decisión pero no pude decirles. Hay algo que me impide lanzarme de cabeza y escribir mi nombre con tinta en la parte inferior de la hoja.

Se supone que las palabras de Hoseok tendrían que haberme tranquilizado un poco pero me siento más insegura que nunca. Me dijo que Yoongi nunca me dejaría ir tan fácilmente y me aconsejó que le diera tiempo para pensar pero, ¿y si sí decide dejarme ir?

<< No te olvides lo que te hizo en Los Ángeles antes de que volvieran; no tiene derecho a estar actuando así por un simple beso cuando él fue mucho más lejos >> mi conciencia interrumpe la voz del CEO, se me forma un nudo en el estómago y siento que voy a vomitar al recordar esa horrible y desagradable escena que, lamentablemente, presencié. Agradezco que la ventanilla esté un poco abierta y entre aire o terminaría vomitando lo que cené hace un rato.

Es verdad, él fue mucho lejos que yo pero por alguna estúpida razón que ni yo comprendo, eso no me quita la culpa que siento por haberlo hecho. Es absurdo, estoy siendo una tonta, lo sé y lo odio por hacerme sentir así. 

El CEO continúa hablando pero sólo logro escuchar fragmentos de lo que dice y asiento para no ser grosera y dejarlo hablando solo. Las naúseas que me causó recordar a Yoongi con Steph se van transformando en una opresión en mi pecho que me impide respirar normalmente. Ésa es una sensación que ya no me resulta extraña para nada, hasta me estoy acostumbrando pero sigue sintiéndose horrible.

Para cuando llegamos al edificio de Big Hit, ya son pasadas las 11 PM. Antes de ir a mi habitación, paso por la cocina por un vaso de agua y al ver las sobras de lo que cenaron hoy, bibimbap, me da pena no haber podido estar aquí para disfrutar esa exquisitez pero enseguida me acuerdo de la discusión que tuve con mis unnies y me doy cuenta de que la atmósfera no hubiese sido la mejor para comer.

No me gusta estar peleada con ellas pero no puedo soportar que traten a Haewon así cuando ni siquiera la conocen. No es que yo la conozca de toda la vida pero si sé un poco más de ella que ellas. 

Mientras camino hacia mi habitación, me esfuerzo en pensar en lo agradable que sería darme una ducha caliente y meterme a la cama para alejar cualquier pensamiento sobre el contrato y sobre Yoongi de mi mente por un rato. Me detengo en seco unos metros antes de llegar a la puerta de mi habitación cuando veo a alguien sentado en el suelo cerca de ésta, con las rodillas pegadas al pecho y la cabeza enterrada en éstas. Si no fuera porque lleva la misma ropa que tenía hoy en la mañana, no me hubiese dado cuenta de quién se trata.

— ¿Haewon? — digo sorprendida. Ella levanta la cabeza y debo tomarme un momento para reaccionar al ver como la tristeza traza un brillo misterioso en ellos. Trata, inútilmente, de sonreírme y sólo logra que su expresión empeore.

— ¿Cómo estuvo la reunión con Dean Brown? ¿Ya firmaste el contrato? — me pregunta con voz temblorosa. 

— No, todavía no lo firmé — contesto y dudo un segundo si preguntarle o no, pero finalmente lo hago.

Sunbae and I || SUGA || 3ra TempDonde viven las historias. Descúbrelo ahora