Detention »Raura«

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Aparté bruscamente mi mano de las de Ross y tomé aire.

––Grace ––alargó el rubio, sonriéndole a mi amiga ––. ¿Verdad o reto?

La rubia ladeó la cabeza y lo pensó por unos momentos, para luego dar su respuesta final:

––Verdad.

Ross se frotó la barbilla y yo llevé mis rodillas a mi pecho, abrazándolas, queriendo desaparecerlo todo. Desde mi presencia hasta lo que en este mismo momento estaba sintiendo.

––Dime, ¿es cierto que...me viste en el concierto de Aerosmith?

Abrí los ojos de par en par y miré a Grace, algo confundida. Ella tenía los ojos como platos, mientras me miraba y boqueaba insegura.

––Ahm, yo, eh ––fulminó a Ross con la mirada, quien le sonreía con seguridad ––. Sí.

–– ¿Sí? ––pregunté, algo molesta ––. ¿Eso es lo que me estuviste ocultando?

––No te preocupes, preciosa, ha sido mi culpa ––aseguró, dejando una mano sobre mi hombro.

Me sacudí un poco.

––No me toques.

Oí un suspiro de su parte.

––Te toca, Grace ––insistió Logan.

Ella lo miró y lo señaló con la barbilla.

––Verdad o reto.

––Uhm, verdad ––sonrió de lado.

––Dime con sinceridad, por qué te enemistaste con Ross.

Logan soltó un soplido y se encogió de hombros.

––Porque me gusta Laura ––respondió, con sencillez ––. Creo que es mi turno..., Laura.

Joder.

––No estoy participando ––repliqué, apartando la mirada.

––Angelito ––susurró Ross, tan cerca de mí que parecía querer asegurarse de que nadie oyera sus murmullos ––. ¿Estás bien?

Lo miré y entrecerré los ojos en su dirección.

––Más bien, voy por la verdad. Para no dejar dudas pendientes ––gruñí.

Ross me miró, ahora con otra mirada, no esa burlona que parecía engañar a todos exceptuándome a mí.

Sabía que algo estaba tramando y no tardaría en saber de qué se trataba.

––Dime con sinceridad, cuántos novios has tenido.

Me sorprendí ante su pregunta y presioné las rodillas a mi pecho.

––Cero.

Ross me miró algo confundido. Más bien todos parecían estar sorprendidos ante mi respuesta por lo que proseguí de inmediato.

––Grace ––carraspeé ––, ¿verdad o reto?

––Verdad, amiga.

–– ¿Cuándo pensabas confesar que tu retraso fue por Ross? ––pregunté, fría.

Ella se mordió el labio.

––Quería que él te lo dijera personalmente ––asentí, observando mi teléfono ––. Ross.

––Reto, rubia ––chasqueó su lengua, mientras le sonreía.

¿Desde cuándo ambos tenían tanta confianza?