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––Lindo ––comentó Garret.

Entrecerré los ojos en su dirección mientras mordía la manzana.

––Es Logan. ¿Por qué te habla? ––preguntó Grace, mientras masticaba lentamente.

Me encogí de hombros.

––Después del show me presentaron a la banda. No lo sé, es demasiado confiado.

––Yo creo que es lindo.

––Grace, para ti todos son lindos ––dijo Garret, poniendo los ojos en blanco.

Grace rió.

––Se ven agradables.

Negué con la cabeza, dejando la manzana y limpiándome las manos y la boca con una servilleta.

––Lo son, excepto la pelirroja.

––¿La tecladista? ––preguntó Garret.

––Rebecca, si ––asentí.

––A Garret le gusta ––sonrió Grace.

Le pegué en el brazo al castaño, frunciendo el ceño.

––Esa idiota, Garret. Hay más chicas en el mundo ––negué con la cabeza.

––¿Qué hizo? ––se pasó la mano por el brazo, justo donde lo había golpeado.

Bufé y bebí un sorbo de mi soda.

––Me rebajó con la mirada.

––¿Solo eso?

––¿Te parece poco? ––suspiré, jugando con la lata ––. La próxima vez que pase me voy a encargar de rebajarle los dientes.

––¡Laura! ––me regañó Grace.

Suspiré y alcé la mirada, viendo como ingresaban los amigos de Ross y él a los empujones.

––¿Tienen algo que hacer el sábado?

Alcé la mano.

––Detención, ocho horas. Con suerte voy a salir ilesa de esto.

––Yo debo ir este fin de semana con mi familia de Chicago ––la morena ladeó el labio.

Garret suspiró.

––Bueno, supongo que Rebecca sabrá hacerme compañ...¡Auch!

Se frotó la cabeza y negué con la cabeza.

––Basta con esa.

––Basta con tus golpes.

––Basta con la mirada de Ross para saber que Logan viene hacia acá ––canturreó Grace.

––¿Qué? ––preguntamos al unísono.

––Laura ––me llamó. Apreté los labios y me giré ––. ¿Te toca algebra?

¿Qué rayos te incumbe?

––Eh, si ––respondí.

Entrecerré los ojos cuando lo vi tomar una silla de una mesa vacía y sentarse en la nuestra.

Fruncí un poco el ceño y Grace dejó de comer para observarlo. Todos nos quedamos en silencio exceptuando el rudio de los platos chocarse y el habitual bullicio estudiantil.

Logan se aclaró la garganta, sonriendo de lado.

––Dejen de verme como si fuese un bicho raro.

––¿Qué te trae por nuestra mesa, Logan? ––preguntó Grace, con una sonrisa dulce.

Logan me miró con sus farolas celestes y aparté la mirada. La voz del castaño parecía haberse apagado mientras veía como Ross tomaba una silla que estaba ocupada por un chico de cabello azul.

Detention »Raura«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora